Los hábitos de vida como la alimentación o el sedentarismo tienen mucho peso en la fertilidad, pero no solo se trata de moverse o cuidar la alimentación ya que otras costumbres como ducharse con agua muy caliente o no descansar bien por las noches pueden afectar a la calidad de los óvulos en las mujeres o del esperma en los hombres, según explican los expertos de la clínica de fertilidad Fertilab Barcelona.
La infertilidad afecta a una de cada seis parejas, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), y se trata de un fenómeno que en muchas ocasiones viene dado por factores externos, como el estilo de vida de la pareja e incluso condiciones climatológicas, que también pueden afectar a la capacidad de fecundar un bebé.
Sin embargo, los hábitos tienen mucho peso a la hora de concebir, por lo que incorporar una serie de rutinas puede aumentar la tasa de embarazo. Además, siete de cada diez mujeres no siguen los hábitos de alimentación y ejercicio físico recomendados por los profesionales durante el embarazo, según una encuesta llevada a cabo por CinfaSalud.
Los malos hábitos pueden desencadenar dificultad para quedarse embarazada, abortos prematuros o consecuencias negativas en el desarrollo del bebé. Por esta razón, “es imprescindible que los padres cuiden sus hábitos y eviten así situaciones que pueden poner en riesgo a los bebés”, aseguran desde Fertilab.
Para tener un buen estado fértil es recomendable regular la temperatura de la ducha y no excederse, ya que “ducharse con agua muy caliente puede interferir en la calidad del esperma”. Por otro lado, las pocas horas de luz durante el invierno pueden desencadenar una falta de vitamina D en la pareja, vitamina que “mejora la calidad del tejido ovárico y del endometrio”, por lo que es importante tenerla en cuenta.
Con información de Lapatilla.