Las fiestas decembrinas, marcadas por el reencuentro y la unidad, pueden transformarse en un desafío emocional para quienes atraviesan un proceso de duelo.
La ausencia de un ser querido se hace más evidente entre brindis y cenas, generando sentimientos de nostalgia, incredulidad o una profunda tristeza que contrasta con el entorno festivo.
De acuerdo con psicólogos consultados por Infobae, el duelo no es un proceso lineal ni tiene una receta única; cada individuo lo experimenta de forma distinta. Sin embargo, existen estrategias de afrontamiento que pueden ayudar a proteger el bienestar físico y emocional durante diciembre.
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Consejos para afrontar la pérdida en diciembre
Para transitar estas fechas con mayor serenidad, los expertos recomiendan las siguientes acciones:
- Practicar la autocompasión: Es fundamental ser menos autoexigente. Permítase sentir tristeza o desgano sin culpa; validar sus emociones es el primer paso para sanar.
- Gestionar el entorno físico: No se trata de borrar el recuerdo, sino de evitar la saturación de objetos o fotos que disparen un dolor incontrolable. Crear un espacio equilibrado ayuda a conectar con el presente.
- Fomentar la comunicación: Expresar lo que siente, incluso si parece «inadecuado» para el ambiente festivo, evita el aislamiento emocional y ayuda a procesar la pérdida.
- Retomar hábitos placenteros: Reconectar con hobbies o actividades que generen placer vital ayuda a equilibrar la balanza emocional.
- Priorizar el autocuidado: No descuide los pilares básicos de la salud: alimentación balanceada, cumplimiento de tratamientos médicos y un descanso adecuado. El cuerpo necesita energía para procesar el estrés emocional.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Si bien la tristeza es natural, los especialistas advierten que es crucial buscar apoyo psicológico si el dolor se vuelve incapacitante, se perpetúa en el tiempo o impide realizar actividades cotidianas. El acompañamiento profesional ofrece herramientas personalizadas para que el duelo no se convierta en una patología crónica.
Recuerde que no hay una forma «correcta» de pasar la Navidad tras una pérdida. Lo más importante es respetar su propio ritmo y permitirse vivir la transición hacia el nuevo año con honestidad emocional.
Con información de Caraota digital