
Al menos 59 palestinos murieron y más de 200 resultaron heridos en la Franja de Gaza mientras esperaban a que camiones comerciales y de la ONU entraran en el territorio con alimentos que necesitaban desesperadamente, señaló este 17 de junio el Ministerio de Salud del enclave palestino y un hospital local.
Testigos en la zona describieron a la agencia de noticias AP que los hechos se desencadenaron cuando las fuerzas israelíes perpetraron un ataque aéreo contra una vivienda cercana y luego abrieron fuego contra la multitud que buscaba alimentos, en Khan Younis, en el extremo sur del territorio gazatí. El Ejército no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
En este hecho no parece estar involucrada la cuestionada Fundación Humanitaria de Gaza (apoyada por Israel y Estados Unidos) que se puso en marcha el mes pasado y se ha visto empañada por múltiples ataques letales mientras estaba a cargo de la distribución de asistencia.
“Fue una masacre”
Pero una vez más decenas de palestinos desarmados encuentran la muerte cuando intentan acercarse a zonas de repartición de alimentos y agua. En hechos previos el Ejército israelí ha declarado que sus hombres han disparado al verse «amenazados» por los palestinos.
Sin embargo, organizaciones humanitarias de la ONU han recalcado que se trata de hombres, mujeres y niños desarmados y débiles, en medio del profundo riesgo de hambruna generalizada causado por el estricto bloqueo del Estado de mayoría judía.
Yousef Nofal, testigo presencial, aseguró que vio a muchas personas inmóviles y sangrando en el suelo después de que las fuerzas israelíes abrieran fuego. “Fue una masacre”, sostuvo y añadió que los soldados siguieron disparando contra los palestinos mientras huían de la zona.
“¿Acaso no somos seres humanos?”
Mohammed Abu Qeshfa dijo que oyó una fuerte explosión seguida de intensos disparos y bombardeos de tanques. “Sobreviví de milagro”, dijo.
Los muertos y heridos fueron trasladados al Hospital Nasser de la ciudad, que confirmó el número de víctimas.
Samaher Meqdad estaba en el hospital buscando a sus dos hermanos y a un sobrino que habían estado entre la multitud.
«No queremos harina. No queremos comida. No queremos nada», dijo. «¿Por qué dispararon contra los jóvenes? ¿Por qué? ¿Acaso no somos seres humanos?»
Los palestinos afirman que las fuerzas israelíes han abierto fuego en repetidas ocasiones contra multitudes que intentaban llegar a los puntos de distribución de alimentos gestionados por un grupo de ayuda independiente respaldado por Estados Unidos e Israel desde que se abrieron los centros el mes pasado. Las autoridades sanitarias locales afirman que ha habido decenas de muertos y centenares de heridos.
En esos casos, el Ejército israelí ha reconocido haber realizado disparos de advertencia contra personas que, según él, se habían acercado a sus fuerzas de forma sospechosa.
“Nuevo sistema»
Israel afirma que el nuevo sistema gestionado por un contratista privado, la Fundación Humanitaria de Gaza, está diseñado para impedir que Hamás desvíe la ayuda para financiar sus actividades militantes.
Las agencias de la ONU y los principales grupos humanitarios niegan que exista un desvío importante de la ayuda y han rechazado el nuevo sistema, afirmando que no puede satisfacer las crecientes necesidades de Gaza y que viola los principios humanitarios al permitir que Israel controle quién tiene acceso a la ayuda.
Los expertos han advertido de una hambruna en el territorio que alberga a unos 2 millones de palestinos.
No obstante, la red gestionada por la ONU ha distribuido ayuda por Gaza durante los 20 meses de guerra entre Israel y Hamás, pero se ha enfrentado a grandes obstáculos desde que Israel relajó el bloqueo total que había impuesto desde principios de marzo hasta mediados de mayo. Funcionarios de la ONU afirman que las restricciones militares israelíes, el colapso de la ley y el orden y los saqueos generalizados dificultan la entrega de la ayuda que Israel ha permitido entrar.
La campaña militar israelí desde octubre de 2023 ha matado a más de 55.300 palestinos, más de la mitad de ellos mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Su recuento no distingue entre civiles y combatientes.
Israel lanzó su campaña con el objetivo de destruir a Hamás tras el ataque del grupo del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel, en el que los militantes mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron como rehenes a otras 251 personas. Los militantes aún retienen a 53 rehenes, menos de la mitad de ellos con vida, después de que la mayoría del resto fueran liberados en acuerdos de alto el fuego u otros acuerdos.
Vía Globovisión