
En una medida que ha generado malestar y sorpresa entre los consumidores, diversos comercios en Maturín comenzaron a aplicar la tasa de cambio oficial del Banco Central de Venezuela (BCV) correspondiente al martes 19 de agosto desde la tarde del pasado viernes.
La cotización, fijada en 136,89 bolívares por dólar, fue implementada por los negocios de manera anticipada, golpeando la capacidad de compra de los ciudadanos que recién recibían el pago de su quincena.
El pasado viernes, cuando la tasa oficial de cierre superaba los 135 bolívares, numerosos comerciantes ajustaron sus sistemas para cobrar a 136 bolívares. El argumento principal fue que, debido al feriado bancario del lunes 18 de agosto, la tasa publicada por el BCV para el martes era la que regiría las operaciones del fin de semana largo.
Sin embargo, esta práctica ha sido calificada como un abuso por parte de los maturineses, quienes vieron mermado su poder adquisitivo de manera inmediata. Al recibir sus salarios calculados con la tasa del viernes, se encontraron con precios remarcados al valor del martes siguiente.
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«No respetan a los consumidores. Fui a hacer mercado y todos estaban cobrando el dólar a precios de esta semana. Así no se puede, porque lo que había planeado comprar me resultó inalcanzable. Esta situación es muy difícil», comentó Marina Ceballos, una de las afectadas, resumiendo el sentir de muchos en la ciudad.
Un Contexto de devaluación e inflación
La situación se enmarca en un contexto económico complejo. En lo que va de 2025, el valor del dólar ha experimentado un incremento superior al 90 %, mientras que el bolívar ha perdido cerca de un 47,6 % de su valor, según cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
Esta constante devaluación presiona a los comerciantes a ajustar sus precios para proteger su capital, una dinámica que a menudo choca con la capacidad financiera del consumidor.
La tensión en el mercado cambiario no es nueva. A finales de mayo de este año, las autoridades nacionales tomaron medidas drásticas contra el mercado de divisas no oficial, que en ese momento manejaba una tasa que superaba significativamente a la del BCV.
Esfuerzos gubernamentales
En un operativo a nivel nacional, se detuvo a cerca de 58 personas vinculadas con la cotización del denominado «dólar paralelo», en un intento por controlar la especulación. En aquel entonces, la tasa oficial se ubicaba en 95 bolívares, mientras que la paralela superaba los 143 bolívares.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales, la economía venezolana sigue mostrando signos de inestabilidad, y prácticas como la ocurrida en Maturín evidencian la incertidumbre que viven tanto comerciantes como consumidores, quienes buscan sortear una crisis que parece no dar tregua.
Fotos/Juan Goitía