Laís Dognini, una joven oriunda del municipio brasileño Jaraguá do Sul, Santa Catarina, salió del convento hace cuatro años. Siempre tuvo una vida religiosa activa, como misionera desde que era adolescente, y aspiraba a ser monja para dedicar su vida al servicio.
Sin embargo, enfrentó un diagnóstico que la obligó a regresar a su casa, y en paralelo su futuro esposo afrontaba una lucha personal similar como seminarista.
En vísperas de celebrar seis meses casada con su esposo, Jackson Dognini, la exnovicia compartió un posteo en su cuenta de Instagram que se hizo viral.
La primera foto de la publicación fue una imagen comparativa de ambos con sus hábitos puestos: él como futuro sacerdote, y ella como carmelita. «Nosotros estábamos decididos a entregar nuestra existencia a servir como esposos de Dios», escribió sobre la postal.
La siguiente fotografía corresponde a marzo de 2025, ambos arrodillados frente al altar en la iglesia, vestidos de novios el día que se casaron. «Claramente Dios tenía otros planes para nosotros», comentó. Enseguida sus más de 16.000 seguidores le pidieron que cuente cómo se enamoraron, y cuál fue la reacción de sus respectivas familias.
«Yo iba a ser monja y él sacerdote»: la historia de amor de Laís Dognini y Jackson Dognini
En una nueva publicación, Laís resumió cómo fue la cronología de la relación. «Nuestra historia de amor era improbable, pero no imposible: nos conocemos desde hace más de seis años, cuando yo todavía era misionera, pero nunca nos habíamos hablado, ni siquiera un ‘hola'», relató.

Jackson Dognini y Laís Dognini en su casamiento. (Foto: Instagram @laisdognini)
«Él quería ser sacerdote y fue al seminario durante cinco años; yo quería ser monja y fui al convento como carmelita de clausura dos años», reveló. «Cuando sentí que Dios literalmente me hablaba y me avalaba mi vocación, fue uno de los mejores momentos de mi vida; no me arrepiento de nada, y lo volvería a hacer todo una y mil veces», aclaró.
«Durante su estancia en el claustro, a Laís le diagnosticaron distimia, una forma crónica de depresión leve, y tuvo que abandonar el convento para cuidar su salud.
«Recuerdo cuando descubrí que tenía distimia, y me quebró emocionalmente, porque por mucho tiempo me enseñaron que los que aman a Dios no sufren depresión y no tienen mala voluntad», rememoró.

La pareja brasileña habló sobre su vida religiosa antes de enamorarse.
«Sé exactamente cuán culpable te hace sentir no poder expresar tu espiritualidad y tu fe como otros lo hacen, a puro romanticismo, y puedo asegurarles que hay que seguir intentando, porque fue un momento de gran madurez para mi, donde dialogué mucho con Dios para preguntarle por qué me estaba arrancando de la vida que yo había elegido», explicó.
Cuando Laís ya estaba en su casa junto a sus padres, el joven seminarista le mandó un mensaje para manifestarle que estaba rezando por ella.
«Me dijo que se había enterado de mi partida del convento, y su intención era hacerme cambiar de opinión para que regresara, pero él no sabía que yo ni siquiera quería irme, sino que fue mi propia salud la que me dejó sin opciones», le contó a sus seguidores.
Así comenzó una conversación a distancia que duró varios meses, e intercambiaron libros de la biblioteca católica local, y mantuvieron debates sobre interpretaciones de las escrituras sagradas.

Ella iba a ser monja y él sacerdote, pero hoy están casados. (Foto: Instagram @laisdognini)
«Yo no tuve nada que ver en su proceso y tampoco lo sabía, pero dos años después él empezó a darse cuenta de que ser sacerdote no era su vocación, y rezó mucho para discernir qué debía hacer», comentó.
Jackson pasó por un largo período de discernimiento antes de dejar el seminario. Finalmente decidió renunciar al seminario, y ahí retomaron el contacto. «Los dos mantenemos la vocación católica y la fe intacta, así que acordamos ir a una misa juntos, y desde entonces no nos separamos más«, revelaron.
Empezaron a salir en abril de 2024, en octubre se comprometieron y en marzo de 2025 se casaron. «Para mi mamá fue muy fuerte cuando le conté que estábamos juntos después de seis meses de noviazgo», detalló Laís.
«Soy muy feliz a su lado, y como adultos sabemos bien lo que queremos», aseguró Laís Dognini.
Aseguró que fue mucho más fácil con sus suegros, que conocían las luchas internas que había atravesado el joven. «Con mi madre realmente fue muy difícil, porque pensó que él había dejado el seminario por mí, y hubo que explicarle para que entendiera cómo fueron las cosas; ahora con mi esposo son uña y carne», dijo con humor.
La declaración de amor del ex seminarista, un simbólico libro de San Luis y Santa Zelia
También comentó que el primero en demostrar el sentimiento romántico fue él. Le devolvió un libro que ella le había prestado, con una página marcada, que describía la historia de amor de San Luis y Santa Celia Martin, los padres de Santa Teresita de Lisieux.
Jackson Dognini y Laís Dognini en su casamiento civil. (Foto: Instagram @laisdognini)
Ambos fueron canonizados el 18 de octubre de 2015, como el primer matrimonio declarado santo en la misma fecha, y se los conmemora cada 12 de julio, la fecha de su aniverario.
Se conocieron en 1858, se casaron y tuvieron nueve hijos. Su hogar católico se caracterizó por una fe inquebrantable, incluso ante la trágica muerte de Celia por cáncer y la posterior enfermedad mental de Luis. Jackson Dognini y Laís Dognini contó cómo se le declaró el seminarista.
A modo de paralelismo con la joven pareja, tanto Luis como Celia sintieron en su juventud el deseo de consagrarse a Dios: él pidió ser admitido en el monasterio del Gran San Bernardo, pero fue rechazado porque no sabía latín, y ella quiso ingresar a la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, pero tampoco fue aceptada.
Luis abrió una relojería y Celia un taller de encaje. Coincidieron en abril de 1858 en el puente San Leonardo. Ella sintió que una voz interior le decía que ese era su futuro esposo, presentimiento que se concretó ese mismo año.
Hoy el exseminarista es profesor de Filosofía, y Laís se dedica al marketing. Siguen considerándose católicos practicantes, y como matrimonio participan del coro de la iglesia local, son promotores de misionados y campañas de caridad, además de compartir lecturas de la Biblia con la comunidad que los sigue.
Vía Clarín