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El milagro de la maternidad de alto riesgo: La historia de María y sus gemelas

A pesar de enfrentar un embarazo de alto riesgo y la incertidumbre de quién la atendería, María encontró fortaleza en su fe y el apoyo incondicional de su familia

Después de creer que su sueño de ser madre había desaparecido debido a su edad y complicaciones de salud, María Amalia Ubarri Garcia a sus 39 años recibió una sorpresa inesperada durante la pandemia: ¡estaba embarazada de no uno, sino dos bebés! Anteriormente, ella y su esposo Gonzalo Mena Fuenzalida habían pensado que su familia estaría conformada únicamente por los dos.

Desde el principio, el embarazo de María fue considerado de alto riesgo debido a su edad y a su presión alta, aparte de los riesgos y complicaciones que podría traer el embarazo, María tuvo dificultades para encontrar médicos dispuestos a atenderla.

«Cuando fui al primer doctor que me recomendaron me dijo que no me podía atender por mi alto riesgo, por mi alta presión y la edad», dijo María. «Después fui a otro doctor donde me negaron atenderme porque era de muy alto riesgo, situación que me dio mucho miedo ya que no sabia que hacer».

Pero este miedo se fue desvaneciendo cuando su ginecóloga de toda la vida, la Dra. Josefina Romaguera, le recomendó a la Dra. Keimari Méndez, quien la atendió con cariño y fe.

A medida que pasaba el tiempo, las complicaciones de salud de María empeoraban. En particular, su presión arterial continuaba aumentando y surgieron nuevas complicaciones, como la diabetes gestacional. Esto implicaba que María debía pincharse el dedo para medir su nivel de azúcar hasta 8 veces al día. Además, durante el embarazo, María también padeció de hiperémesis.

«En hiperémesis estas vomitando todo el día y toda la noche, estás constantemente devolviendo todo hasta el agua, fue un embarazo bien fuerte» dio a conocer María. «La hiperémesis no me deja trabajar, ni comer bien, y lo único que me permitía controlar el vómito era el jengibre».

Gemelas en camino 

La noticia de que iba a tener gemelos provocó en María una mezcla de emociones intensas. Inicialmente, lloró ante la idea de tener que enfrentar el desafío de criar a dos niños al mismo tiempo. Sin embargo, luego comenzó a reír, negando la realidad de lo que estaba sucediendo. Esta montaña rusa emocional se vio agravada por la noticia de que su médico no estaría disponible para atenderla.

Luego de saber y estar esperando dos bebés, llega la noticia de que su gemela menor tenía un 30% de probabilidades de vivir 

Apoyo en familia, amigos y en la fé 

Como una forma de sobrellevar cada noticia que llega de su embarazo, María decidió hacer chat donde le comunicada a familiares y amigos lo que iba pasando en cada una de las citas. Este chat fue uno de los lugares donde logró encontrar apoyo.

«Recibí tanto y tanto apoyo de tanta gente, hasta de gente que ni yo conocía me escribía para desearnos lo mejor y decirnos que estaba orando por nosotros», comentó María.

María resalta que si no hubiera sido por la fe ella no estaría en este momento de pie y no hubiera logrado nada.

Nacimiento de las bebés

Las niñas nacieron prematuramente a las 29 semanas de gestación. Cecilia pesó una libra, mientras que Amalia pesó dos libras. Ambas bebés requirieron atención en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Cecilia permaneció allí durante 72 semanas, mientras que Amalia estuvo durante 42 semanas en dicha unidad.

«Fueron unos días muy duros y eternos. Uno piensa que podrá abrazar a sus bebés inmediatamente después del parto, pero no fue así. Me separaron de ellas y no las pude ver hasta el día siguiente, cuando las vi hospitalizadas y conectadas a tubos, sin saber si iban a sobrevivir», manifestó María.

Debido a un sangrado craneal de nivel 3 que experimentó Amelia al nacer, se le diagnosticó parálisis cerebral. Por otro lado, Cecilia, quien pesó una libra al nacer, se le diagnosticó lipotimia.

Peso a los miedos y sustos vividos en este proceso, esta vivencia para María ha sido «caóticamente hermosa», ya que según manifiesta ella «es caótico porque es una locura, en la que uno está aprendiendo día a día y que no sabía que podía aguantar tanto».

Con información de Medicina y Salud

Roxiry Montilla

Licenciada en Comunicación Social, mención periodismo impreso. Egresada de la Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE) CNP 21.554

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