El pontífice, de 86 años, hizo esas declaraciones durante un encuentro con jesuitas en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Lisboa el 5 de agosto. Pero la revista Civilta Cattolica las publicó apenas este lunes.
Durante el intercambio, un jesuita le preguntó al papa lo que opinaba de las críticas de algunos católicos estadounidenses sobre su liderazgo y sobre lo que consideran como posiciones no lo suficientemente fuertes contra homosexuales y divorciados.
«Ha comprobado que en Estados Unidos la situación no es fácil: hay una actitud reaccionaria muy fuerte», contestó Francisco.
«Me gustaría recordarle a esa gente que el ‘indietrismo’ [del italiano indietro: hacia atrás] es inútil y que debemos entender que hay una evolución correcta en la comprensión de cuestiones de fe y de moral (…)», añadió.
El pontífice citó a la esclavitud como ejemplo. «Algunos pontífices la toleraron, pero hoy las cosas son distintas», dijo.
«Cuando se va hacia atrás, se crea algo cerrado, desconectado de las raíces de la Iglesia y se pierde la savia de la revelación», continuó.
De este modo «perdemos la verdadera tradición y recurrimos a las ideologías en busca de apoyo», aseguró.
El papa insistió en que la Iglesia tiene que estar abierta a todos. «Hace falta mucha sensibilidad y creatividad para acompañar espiritual y pastoralmente a las personas. Pero todos, todos, todos están llamados a vivir en la Iglesia: nunca lo olviden», afirmó.
Con información de Cactus24.