
La Virgen María, una de las figuras más importantes dentro de la fe católica, ha vuelto a estar en el centro del debate público tras la publicación de una nota doctrinal por parte del Vaticano. En el documento, la Santa Sede descarta el uso del título “Corredentora”y establece límites sobre otros títulos marianos, como “Mediadora”, con el objetivo de enfatizar el papel exclusivo de Jesucristo como Redentor y Mediador entre Dios y la humanidad.
El documento titulado Mater Populi fidelis, difundido por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, recoge los criterios precisos establecidos por el Vaticano acerca de la cooperación de la Virgen María en la obra de la salvación.
Documento publicado por el Vaticano
El texto, hecho público el 6 de noviembre, aprobado por el papa León XIV el 7 de octubre de 2025 y firmado por el cardenal Víctor Manuel Fernández, busca responder a consultas y propuestas recibidas en las últimas décadas sobre la devoción mariana y la pertinencia de ciertos títulos marianos.
El documento explica con detalle las razones teológicas para esta importante precisión doctrinal. En uno de sus apartados, señala que “el principal problema, en la interpretación de estos títulos aplicados a la Virgen María, es cómo se entiende la asociación de María en la obra redentora de Cristo, es decir, ‘¿cuál es el significado de esa singular cooperación de María en el plan de la salvación?’”.
Sobre el título de Corredentora, la nota remarca que “el Concilio Vaticano II evitó utilizar el título de Corredentora por razones dogmáticas, pastorales y ecuménicas”, y recuerda la postura del entonces cardenal Joseph Ratzinger: “La fórmula ‘Corredentora’ se aleja demasiado del lenguaje de las Escrituras y de la patrística y, por tanto, provoca malentendidos… Todo procede de Él, como dicen sobre todo las epístolas a los Efesios y a los Colosenses. María es lo que es gracias a Él”.
La nota dedica un espacio considerable a la postura del papa Francisco, quien fue citado al menos en tres ocasiones: “María jamás quiso para sí tomar algo de su Hijo. Jamás se presentó como co-redentora. No, discípula”.
El pontífice también aseguró: “Nuestra Señora no quiso quitarle ningún título a Jesús […]. No pidió para sí misma ser cuasi-redentora o una co-redentora: no. El Redentor es uno solo y este título no se duplica”. Francisco remarca enfáticamente que “Cristo es el único Redentor: no hay co-redentores con Cristo”.
Peligro de oscurecer el lugar exclusivo de Jesuccristo
De acuerdo con el documento del Vaticano, “cuando una expresión requiere muchas y constantes explicaciones, para evitar que se desvíe de un significado correcto, no presta un servicio a la fe del Pueblo de Dios y se vuelve inconveniente”. En ese sentido, advierte que “el peligro de oscurecer el lugar exclusivo de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre por nuestra salvación, único capaz de ofrecer al Padre un sacrificio de valor infinito, no sería un verdadero honor a la Madre. En efecto, ella, como ‘esclava del Señor’, nos señala a Cristo y nos pide hacer ‘lo que Él os diga’”.
En relación a los demás títulos, el texto subraya que “ningún otro ser humano puede merecer para otro la gracia primera”, y en este punto no cabe duda alguna: ‘Nadie puede ser justo sino aquel a quien se comunican los méritos de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo’”.
Además, enfatiza: “la función materna de María de ninguna manera disminuye o hace sombra a la única mediación de Cristo, sino que manifiesta su eficacia”.
Estas argumentaciones, según lo recogido por el Osservatore Romano, buscan preservar la centralidad de Cristo en la salvación y encuadrar el lugar de María como “Madre en el orden de la gracia”, evitando conceptos o expresiones que la sitúen en un plano paralelo o equivalente al del Redentor. El documento aclara: “No hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos”(Hechos 4,12).
El equilibrio entre la devoción mariana y la fe en Cristo
El documento no pretende disminuir la devoción a María, sino ubicarla en su justo lugar dentro del conjunto de la fe católica. La nota aclara que “no se honra a María atribuyéndole alguna mediación en la realización de esta obra exclusivamente divina” de la justificación.

En cambio, el texto propone centrar la devoción mariana en su maternidad espiritual y en su calidad de discípula, presentándola como “la primera y más perfecta discípula de Cristo”. Este enfoque, destaca el documento, se encuentra mejor fundamentado en las Sagradas Escrituras (como en Lucas 1,38: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”) y en la Tradición de la Iglesia, resaltando su papel como modelo de fe y obediencia.
Con información de El Vaticano News