
Un estudio reciente ha creado a «Ava», una representación realista de cómo podría ser la apariencia de un influencer en el año 2050. Este modelo, desarrollado con base en investigaciones médicas, ilustra los posibles problemas de salud a largo plazo derivados del estilo de vida digital.
Los creadores de Ava señalan que su aspecto es el resultado de años de «búsqueda de algoritmos, obsesión por los estándares de belleza y creación constante de contenido». El modelo evidencia los efectos negativos del trabajo de un influencer en su cuerpo y bienestar.
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Los posibles efectos en la salud
La representación de Ava resalta varios problemas físicos y de salud que podrían manifestarse:
- Problemas de postura: El uso prolongado de teléfonos y las poses constantes para fotografías pueden causar hombros encorvados, dolor crónico de cuello y una inclinación permanente de la cabeza hacia adelante.
- Fatiga visual y piel dañada: Pasar horas frente a pantallas brillantes y luces de estudio puede provocar ojos rojos, sequedad y ojeras. Además, el uso diario de maquillaje y productos de belleza puede llevar a irritaciones e inflamaciones de la piel.
- Caída del cabello: El uso frecuente de extensiones y peinados ajustados para las sesiones de fotos puede debilitar los folículos pilosos, resultando en calvicie y un debilitamiento general del cabello.
Con más de 30 millones de influencers en el mundo, un número que continúa creciendo, este estudio subraya la importancia de encontrar un equilibrio. El mensaje final es claro: «equilibra tu ambición, establece límites en tu trabajo y recuerda que la salud y el bienestar siempre son lo primero».
Con información de Globovisión