El monte Etna, ubicado en la isla italiana de Sicilia, ha registrado una nueva erupción, lanzando una densa columna de humo y cenizas hacia el cielo.
Imágenes compartidas en redes sociales muestran a personas corriendo cuesta abajo por las laderas del mayor y más activo volcán de Europa mientras una nube oscura se expandía sobre ellos.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia emitió un comunicado ampliamente difundido donde explicaba que el volcán estaba experimentando fuertes explosiones estrombolianas –un tipo específico de actividad volcánica– «de intensidad creciente».
El informe también señaló que «en las últimas horas, se ha observado una ligera caída de ceniza fina en la zona de Piano Vetore».
Según datos recogidos de la web Volcanic Discovery, antes de la erupción se detectaron temblores volcánicos que comenzaron aproximadamente a las 22:00 horas locales y alcanzaron su punto máximo poco antes de la 1:00 de la madrugada. Estos movimientos premonitorios son típicos de la actividad geológica que precede este tipo de fenómenos.
En paralelo, el Centro Asesor de Ceniza Volcánica de Toulouse, uno de los 9 centros globales dedicados a monitorear riesgos para la aviación, alertó sobre una columna de ceniza volcánica que había alcanzado una altitud de unos 6.400 metros. Este tipo de advertencias es crucial para garantizar la seguridad de las rutas aéreas cercanas.
Escenas dramáticas durante la evacuación
Los videos capturados por testigos evidencian momentos de tensión entre quienes descendían apresuradamente por las pendientes del Etna mientras la columna de humo seguía acrecentándose. Las imágenes reflejan cómo la naturaleza puede convertirse en un espectáculo tanto fascinante como intimidante cuando desata su fuerza.
Aunque las autoridades italianas han indicado que el episodio está siendo monitoreado de cerca, estas erupciones repentinas subrayan la importancia de mantener sistemas de alerta eficientes para minimizar posibles riesgos humanos y materiales. La región siciliana, acostumbrada a la actividad volcánica, enfrenta constantemente el desafío de equilibrar la vida cotidiana con la imprevisibilidad del Etna.
