
Las famosas empanaderas de la avenida Libertador se mantienen en la lucha pese a la crisis económica que desde hace varios años atraviesa el país. Una de ellas es, Yannira Martínez, quien desde hace 17 años tiene un puesto en el llamado «Paseo de las Empanaderas» en Maturín.
Yannira asegura que con este oficio ha podido mantener a su familia y en la actualidad es de ayuda para apoyar a su mamá, así como a una de sus hijas cuando agarra un día libre. Señala que en las últimas semanas las ventas han disminuido considerablemente.
«He tenido que aumentar el costo de la empanada, aunque no lo quiera, porque todo está muy caro. Prefiero vender poco; pero que sea algo bien hecho. Porque si no lo hago no voy a tener ninguna ganancia y lo que venda sería solo para volver a comprar ingredientes», expresó Martínez.

Recuerda que cuando comenzó, los puestos de las empanaderas eran toldos improvisados y que luego de varios años exigiendo mejoras, casi al final de la gestión de Yelitze Santaella, fue que les construyeron en tan anhelado paseo. Sin embargo, afirma que se requiere la restitución del servicio eléctrico, ya que el cableado fue hurtado en días pasados, por lo que en las noches deben usar bombillos recargables.
Asegura que por tratarse de patrimonio turístico, debe mejorarse la calle frente al terminal privado de autobuses, cuya vía se encuentra bastante deteriorada desde hace más de cinco años.

Hernández se ha hecho muy conocida por usar su delantal con la bandera de Venezuela y que la llena de mucho orgullo, ya que además agrega que siempre le brinda la mejor atención a sus clientes, muy especialmente a los rumberos que acuden cuando salen de las fiestas.
«No tengo otra forma de ganarme la vida, todos los días salgo a trabajar, ya a las 4:00 de la mañana estoy en pie de lucha saliendo de Los Iraníes y llegar llegar temprano para atender mi puesto. Yo me niego a dejar de venir a trabajar, siempre que Dios me dé salud aquí estaré», remata Yannira.
