Las plazas emblemáticas de Maturín que nos recuerdan la valentía de los aborígenes en la gesta libertaria de la nación y de la fundación como ciudad, continúan sin recibir la atención prometida el año pasado por la Ejecutiva local, Ana Fuentes.
Las plazas El Indio, ubicada entre las avenidas Bicentenario y Libertador; y El Siete de Diciembre, en la avenida Bolívar; reflejan un panorama diferente a las demás plazas, pese al anuncio de la mandataria municipal de rescatar estos espacios.
El 14 de septiembre desde las inmediaciones del Ayuntamiento, Fuentes daba inicio al Plan de Reordenamiento y Recuperación de espacios públicos, esto como parte de un proyecto para convertir a Maturín en una ciudad ecológica, vanguardista y moderna.
Luego, en noviembre, aseguró desde un programa radial que «estas dos plazas están incluidas para el presupuesto correspondiente al año 2023, estamos hablando de inversiones y altas, es más vamos a llamar al escultor de estas esfinges para tomar en cuenta sus opiniones», dijo en esa oportunidad.
Recursos aprobados del 2022
Después de este último anuncio han transcurrido seis meses y en la Cámara Municipal no se ha discutido ni aprobado ningún recurso adicional para estas obras en específico, así lo dijo el edil Hildemar Delgado, de la fracción de la Unidad Democrática.
Aclaró que «sí se aprobó el 13 de diciembre del 2022 en segunda discusión el Proyecto de Ordenanza del Presupuesto de Ingresos y Gastos para el Ejercicio Económico-Financiero 2023, por ser mayoría oficialista, un total de 106.229.504,65 bolívares».
Este presupuesto, según el concejal, no detallaba para qué se utilizaría y cuál sería el fin del mismo, «mostraron un cuadro de los renglones de las obras a efectuar sin especificar el monto para las mismas, si se trataba de una plaza, escuela, entre otras, ni el tiempo de duración; cada uno de estos debe anexar las diferentes partidas que se ejecutan en las obras. La ordenanza fue general donde se establecen montos pero no hubo características definidas», aseguró.
Lo cierto es que en ambos espacios no se muestran indicios de comenzar trabajos de embellecimiento, quizás comiencen para el último trimestre del año cuando se acerque el aniversario 263 de Maturín.
En el caso de la plaza El Siete se pueden observar numerosos comerciantes informales, además de varias paradas de transporte público, jardineras, bancos y suelo en muy mal estado.
Este lugar también ha sido denunciado como radio de acción para delincuentes que azotan el centro de la ciudad. La plaza, de igual modo, ha sido vandalizada, la placa de referencia fundacional y el material de hierro que recubría el 7, fueron despegados por los dueños de lo ajeno.
Olvido y promesas incumplidas
La plaza El Indio Maturín no solo funge como monumento representativo del gentilicio, sino que sus espacios se han convertido en un desastre y obras inconclusas que beneficiarían a los comerciantes del lugar.
El exalcalde Wilfredo Ordaz se comprometió con la remodelación de cuatro locales para que los trabajadores contaran con espacios cómodos y seguros, pero la obra quedó a la mitad; tumbaron la edificación antigua y solo levantaron las paredes y techo, desde entonces, el panorama visual no es nada estético.
La rehabilitación de esta importante obra no solo causará un efecto positivo y hasta bonito en el colectivo, sino que también reivindicará el trabajo del escultor Efraín Villaroel, quien la edificó en el año 1960 en el bicentenario de la fundación de ciudad, capital del estado Monagas.
Fotos: Osmel Rodríguez
