
El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó una modificación en su política de visas de no inmigrante. A partir de ahora, las solicitudes deberán tramitarse únicamente en el país de residencia del solicitante, eliminando la posibilidad de realizar el proceso en terceros países, una práctica común entre viajeros y migrantes que buscaban acortar los tiempos de espera.
La norma, emitida por la administración Trump en septiembre, busca que todos los solicitantes —tanto locales como extranjeros residentes— gestionen sus visas en la embajada o consulado del país donde viven. Con esta decisión, se cierra la puerta a quienes solían desplazarse a otros territorios para obtener entrevistas más rápidas.
El Departamento de Estado aclaró que esta disposición no afectará a los viajeros diplomáticos ni a funcionarios gubernamentales, quienes contarán con excepciones especiales. Sin embargo, el impacto será amplio para turistas, estudiantes, trabajadores temporales y empresarios que dependen de estas visas para ingresar a Estados Unidos.
Países sin servicio consular
Para los residentes de los 17 países que no cuentan con embajadas o consulados estadounidenses, se han habilitado sedes alternativas. Por ejemplo, los venezolanos deberán realizar sus trámites en Bogotá, Colombia, mientras que los cubanos deberán viajar a Georgetown, Guyana.
El gobierno estadounidense también indicó que las citas ya programadas no se verán afectadas, aunque quienes deseen reprogramarlas fuera de su país deberán pagar una tarifa adicional que no será reembolsable.
El endurecimiento de las políticas migratorias llega en un contexto de demoras prolongadas. Actualmente, los tiempos de espera globales para una entrevista de visa de turismo o negocios superan, en promedio, los 12 meses.
A esto se suma la nueva tasa de integridad del visado de 250 dólares, que elevará el costo total a 410 dólares en 2026, complicando aún más los planes de miles de solicitantes.
Expertos señalan que estas medidas podrían reducir aún más la llegada de visitantes internacionales. En 2024, el flujo de viajeros hacia Estados Unidos ya se había reducido en un 3 %, afectando sectores como el turismo y la gastronomía.
La incertidumbre también crece ante la Copa Mundial de Fútbol de 2026, que se celebrará en suelo estadounidense. Según datos de la FIFA, 8.5 millones de personas se registraron para adquirir boletos, pero muchos podrían enfrentar dificultades para obtener su visa a tiempo.
Vía Globovisión