El tipo de alimentación es un factor decisivo a la hora de desarrollar enfermedades, y hay evidencias científicas que demuestran que determinados nutrientes ayudan a prevenir problemas de salud, mientras que otros contribuyen a su aparición, como ocurre con los alimentos procesados. Un nuevo estudio ha encontrado ahora que las personas que siguen la dieta mediterránea o la dieta MIND –un patrón alimenticio en el que se combinan características de la primera y de la dieta DASH para combatir la hipertensión– tienen menos placas de beta amiloide y ovillos de proteína tau en el cerebro, que se consideran causas de la enfermedad de Alzheimer.
En la dieta mediterránea se prioriza el consumo de alimentos como verduras, frutas, legumbres y tres o más raciones de pescado a la semana, acompañados de cereales integrales y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra y en el ámbito de un estilo de vida que incluya la práctica regular de ejercicio físico. En cuanto a la dieta MIND, recomienda una o más raciones de pescado por semana y prioriza las bayas, como los arándanos, sobre otro tipo de frutas. En ambos casos, se considera apropiado incluir pequeñas cantidades de vino.
Los hallazgos se han publicado en Neurology, la revista de la Asociación Americana de Neurología, y aunque muestran una asociación entre el consumo habitual de estas dietas y una menor presencia de placas y ovillos asociados al alzhéimer, no han establecido una relación de causa y efecto.
«Estos resultados son emocionantes: la mejora en las dietas de las personas en solo un área, como comer más de seis porciones de vegetales de hoja verde por semana o no comer alimentos fritos, se asoció con menos placas de amiloide en el cerebro similar a ser unos cuatro años más jóvenes», destaca Puja Agarwal, de la Universidad RUSH en Chicago y autora del estudio.
Con información de 800Noticias.