Los niños menores de 5 años son los que tienen más riesgo de sufrir un atragantamiento, con las graves consecuencias que puede conllevar. La obstrucción de la vía aérea representa el mayor peligro y, de hecho, la asfixia es una de las principales causas de mortalidad infantil. Hay varios periodos y factores críticos, entre los que destacan el inicio de la alimentación complementaria y los juguetes. “Los niños no se llevan los objetos a la boca porque sí, sino porque es su forma de conocer el medio mediante la exploración oral”, expone Gonzalo Zeballos, miembro del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y pediatra de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid). “Todo niño menor de 5 años no puede tener a su alcance juguetes que se puedan descomponer en partes de menos de 5 centímetros”, indica a modo de recomendación general.
En cuanto a la deglución, son muchos los alimentos que pueden obstruir la vía aérea de los niños más pequeños, como los frutos secos, arándanos, uvas, aceitunas, tomates cherry, jamón serrano, las carnes muy fibrosas, las salchichas, el salchichón y un largo etcétera. Cuando se trata de hortalizas como la zanahoria, es conveniente hervirlas muy bien, hasta que prácticamente se deshagan. Muchas hortalizas, verduras y frutas crudas, como la manzana, resultan demasiado duras hasta los 3-6 años de edad, por lo que deben evitarse en su forma natural. Se recomienda servirlas trituradas, hervidas o al horno.
Lo fundamental, subraya Zeballos, “es la supervisión continua cuando los niños están comiendo o entreteniéndose con juguetes”.

Cómo actuar ante un atragantamiento
La actuación de los adultos en caso de que un niño se atragante dependerá de la gravedad. Se pueden distinguir tres fases sucesivas:
- El niño está tosiendo. Si el niño se ha atragantado pero tose no hay que hacer nada, ya que se trata de la respuesta fisiológica del organismo. “No se le deben dar golpes en la espalda”, apunta el pediatra. “Lo fundamental es que no se forme un revuelo y dejarle un espacio para que pueda toser”.
- Deja de toser pero sigue consciente. Cuando el niño atragantado deja de toser, significa que no puede respirar. Si aún está consciente, hay que actuar con dos tipos de maniobras. Si es mayor de un año, primero hay que darle 5 golpes enérgicos en la espalda, en la zona interescapular (entre los omóplatos). A continuación, si todavía no ha conseguido expulsar el objeto, hay que hacer la maniobra de Heimlich, que consiste en colocar en la boca del estómago el puño de la mano dominante, sujetarlo con la otra mano y hacer una compresión fuerte hacia nosotros y hacia arriba con intención de aumentar la presión en la caja torácica y conseguir movilizar el objeto. “No tiene por qué salir el cuerpo extraño; muchas veces, simplemente con movilizarlo se consigue un hilo de respiración”, señala Zeballos. Si no se obtiene ningún resultado, se realizan cíclicamente estas mismas maniobras.
Si el niño es menor de un año, lo situamos a lo largo de nuestro brazo, le damos 5 golpes con el talón de la mano en la zona interescapular y después lo giramos 180 grados y hacemos 5 compresiones, pero esta vez en el tórax, a nivel del esternón. “Si en un momento dado vemos que el cuerpo extraño está accesible, lo extraemos solo si está en la boca, pero nunca haremos una búsqueda a ciegas porque con eso lo que podemos conseguir es que el cuerpo extraño vaya más adentro”, advierte el experto.
- Se desmaya. Si las maniobras anteriores no surten ningún efecto, el niño terminará perdiendo la consciencia. En ese caso hay que iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). En primer lugar, se realiza el boca a boca, con un total de 5 insuflaciones. A continuación, se comprueba el pulso. “Si no tiene pulso o tenemos dudas, se inician las compresiones torácicas”, según el pediatra. A partir de ahí, se dan, de forma cíclica, 30 compresiones y 2 insuflaciones. Mientras tanto, es crucial pedir ayuda a las personas que estén alrededor e indicarles que llamen al 112.
Cosas que nunca hay que hacer
Estas son las principales prácticas que hay que evitar ante el atragantamiento de un niño, según los pediatras de la AEP:
- Meter el dedo en la boca para sacar el objeto. Introducir el dedo en la boca del menor podría empujar el objeto más profundamente y causar lesiones. Solo debe hacerse si el objeto es visible; nunca a ciegas.
- Soplar en la cara del niño. Carece de base científica y podría asustarlo.
- Levantar al niño por los pies. Esta práctica no ayuda a que el cuerpo extraño salga de la vía aérea. Es ineficaz y peligrosa.
- Si el niño ya ha expulsado el objeto ¿me puedo quedar tranquilo? No. Incluso cuando el cuerpo extraño es expulsado se debe acudir al hospital para descartar posibles lesiones o complicaciones.
Vía Cuídate Plus