En las unidades de transporte público se observan a pequeños y grandes ganarse la vida ofreciendo dulces
Niños, adolescentes y hasta adultos mayores, se observan a diario en Maturín, ofreciendo caramelos y cualquier tipo de dulce a los ciudadanos que se trasladan en los autobuses o se encuentran en las paradas de transporte. Muchos son profesionales, estudiantes universitarios o pequeños que abandonan sus estudios para ayudar en sus hogares.
José Carrera, docente y ex funcionario policial, es uno de esos tantos vendedores. Dice que ante la situación país que ha afectado a muchos hogares, se vio en la necesidad de vender caramelos y chupetas y aunque no es lo que soñó, resuelve el día con su ganancia que ronda los 170 o 200 bolívares, vendiendo hasta 6 paquetes de caramelos.
«Somos hombres y mujeres honrados que salimos a las calles desde las 6:00 de la mañana, hasta las 6:00 de la tarde en busca de ingresos que nos permitan resolver el día, tomando en cuenta el bajo monto de un salario en cualquier trabajo», expresó Carrera.
Dice que se ha hecho amigo de los demás vendedores, quienes se cuidan y organizan para que todos puedan vender. Asegura que cada día son más los niños que expenden las golosinas u ofrecen su talento en las unidades de transporte. La mayoría provienen de sectores populares, donde el ingreso para la alimentación se ha vuelto escaso para sus padres.
Los entrevistados piden la colaboración a los colectores de los autobuses, para que los apoyen en su trabajo, destacando que todos están necesitados y requieren alimentar a una familia.