
La Iglesia Anglicana ha marcado un hito histórico este viernes con el nombramiento de la reverenda Sarah Mullally como la primera mujer Arzobispa de Canterbury.
Este cargo no solo la convierte en la jefa espiritual de los fieles anglicanos en todo el mundo, sino que también le otorga un escaño en la Cámara de los Lores del Parlamento británico.
Mullally, de 63 años, asume el puesto vacante por casi un año, siendo la clériga número 106 en ostentar el liderazgo de la Iglesia fundada hace casi 500 años en Inglaterra.
Primeras palabras y la tarea de la reforma
En sus primeras declaraciones tras ser confirmada, Mullally, quien se describe a sí misma como feminista, reconoció la magnitud del desafío, calificándolo como una «enorme responsabilidad», pero afirmó sentir «paz y confianza» en su guía.
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La nueva arzobispa llega al cargo en un momento de crisis. Su predecesor, Justin Welby, dimitió por la mala gestión de un polémico escándalo de abuso sexual infantil que conmocionó al Reino Unido y generó llamados a reformar la Iglesia de Inglaterra.
Mullally se refirió a los complejos temas que deberá abordar desde su nuevo rol:
«Hoy en día, en todo nuestro país, nos enfrentamos a complejas cuestiones morales y políticas… Nuestra respuesta a las personas que huyen de la guerra y la persecución en busca de seguridad y refugio [y] la profunda pregunta de quiénes somos como nación en un mundo que a menudo está al borde del abismo».
Una trayectoria de mujer pionera
Sarah Mullally ya cuenta con una trayectoria de abrir caminos:
- Enfermería: Antes de ordenarse sacerdotisa, se convirtió en 1999 en la jefa de enfermería más joven en la historia de Inglaterra.
- Obispa: Fue ordenada sacerdotisa en 2002 y en 2018 se convirtió en la primera mujer obispo de Londres, ocupando el tercer puesto más antiguo en el clero de la Iglesia durante siete años.
Las mujeres solo han podido ser sacerdotisas en la Iglesia de Inglaterra desde mediados de la década de 1990 y solo pudieron ser ordenadas obispas a partir de 2014, tras años de encarnizadas disputas teológicas y políticas.
Su confirmación oficial se llevará a cabo en una ceremonia legal prevista para enero en la Catedral de Canterbury.
Con información de Caraota digital