La fuerza de la naturaleza ha dejado una huella imborrable en el territorio nepalí. Numerosos puentes, carreteras y viviendas han sido destruidos o dañados, dejando a miles de personas sin hogar y sin acceso a servicios básicos. El colapso de un puente clave que conectaba Khotang con Tarai y otro que unía Ramechhap con Khurkot ha aislado a comunidades enteras.
El desastre ha provocado un caos en la infraestructura del país. El aeropuerto de Ramechhap, una vía de acceso crucial para los turistas que visitan la región del Everest, ha quedado inundado, interrumpiendo las operaciones aéreas. Además, dos esclusas de la presa de Kulekhani han tenido que ser abiertas parcialmente debido al aumento del nivel del agua, mientras que cuatro grandes proyectos hidroeléctricos han sido paralizados, lo que ha generado cortes de electricidad en varias zonas.
El gobierno nepalí ha declarado el estado de emergencia y ha desplegado equipos de rescate para atender a las víctimas y evaluar los daños. También pidió a la población mantenerse alerta ante posibles nuevos deslaves y desbordes de ríos.}
Vía Agencias.