
Una investigación innovadora, publicada en la revista eLife, está redefiniendo nuestra comprensión de la ecología al demostrar que animales y plantas se comunican con sonidos. Este hallazgo, desarrollado por la Universidad de Tel Aviv (Israel), sugiere que la naturaleza está interconectada a través de una red acústica no explorada hasta ahora.
Durante años, la interacción entre organismos se centró casi exclusivamente en estímulos químicos, visuales o táctiles. Sin embargo, este nuevo estudio ha logrado captar y analizar sonidos emitidos por las plantas que se encuentran bajo estrés.
El lenguaje secreto de las plantas bajo estrés
El equipo de investigación, liderado por Yossi Yovel y Lilach Hadany, descubrió que las plantas, particularmente cuando sufren sequía o daño físico, emiten «clics» en la frecuencia de los ultrasonidos, imperceptibles para el oído humano.
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Estos sonidos se ubican en el rango de 20 a 60 kHz y son interpretados por ciertos animales como una señal de advertencia.
El experimento: Polillas como receptoras
Para comprobar la efectividad de esta comunicación acústica, los científicos realizaron un experimento con polillas:
- Exposición: Colocaron polillas hembra en entornos controlados, reproduciendo grabaciones de sonidos emitidos por plantas estresadas.
- Resultado: Las polillas evitaron activamente depositar sus huevos en las áreas asociadas con los sonidos de plantas estresadas, prefiriendo las zonas con plantas sanas.
- Verificación: Cuando se ensordeció a los insectos, este patrón de evitación desapareció, lo que demostró que el estímulo acústico era determinante en su decisión.
El estudio concluyó que los insectos interpretan correctamente los clics como una señal de advertencia, evitando depositar sus huevos en plantas que podrían ser una fuente de alimento inviable para sus crías.
Implicaciones para la ecología y el futuro de la investigación
Los hallazgos sugieren que las polillas no son los únicos animales que podrían estar «escuchando a las plantas». Este avance marca el inicio de un nuevo campo de estudio que promete revelar interacciones naturales mucho más complejas.
El Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela destacó la relevancia de la investigación, afirmando que hasta el más sutil de los sonidos en la naturaleza puede tener un propósito vital.
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