Este sábado 20 de julio aviones israelíes bombardearon Hodeida, ciudad portuaria de Yemen, un día después del mortal ataque con dron en Tel Aviv reivindicado por los hutíes, grupo insurgente que opera en aquel país.
El ejército israelí luego del ataque emitió un comunicado a la población donde expresaron que los “aviones de combate del ejército israelí golpearon hace poco objetivos militares del régimen terrorista hutí en la región del puerto de Hodeida, en Yemen, en respuesta a los cientos de ataques llevados a cabo contra el Estado de Israel”.
Poco después Mohamed al Bukhaiti, miembro del grupo de los hutíes que controlan gran parte de Yemen, incluyendo el oeste de Hodeida advirtió que Israel “pagará” por haber atacado Yemen. “La entidad sionista pagará por atacar instalaciones civiles, y responderemos a la escalada con escalada”, amenazó Bukhaiti en un mensaje publicado en las redes sociales.
“Los ataques del enemigo israelí contra instalaciones de almacenamiento de petróleo en el puerto de Hodeida” causaron muertos y heridos, declaró el Ministerio de Salud dirigido por los hutíes, sin especificar un balance. A raíz del bombardeo produjo un gran incendio en el puerto y se generalizaron los cortes de electricidad.
Los rebeldes hutíes, un movimiento apoyado por Irán que gobierna parte de Yemen, es también aliado del movimiento islamista palestino Hamás, en guerra con Israel en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023.
Las tensiones en Medio Oriente persisten por lo ataques constantes entre ellos, aunque varias organizaciones mundiales piden el cese a fuego, otras apoyan la resistencia de la guerra para fines políticos y el poder que ello genera para algunos mandatarios de gran posición en el mundo.
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