El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, convocó al gabinete de guerra para una evaluación de seguridad a partir de informes de Estados Unidos de este viernes que sostienen que el ataque iraní contra Israel es una amenaza «real y viable».
Asimismo el ministro de Defensa israelí y el jefe del Estado Mayor de las FF.AA de Israel se reunieron con el comandante del Comando Central de Estados Unidos.
Un funcionario de defensa estadounidense dijo que Estados Unidos trasladó activos adicionales a la región para reforzar la disuasión y aumentar la protección de las fuerzas estadounidenses.
La Casa Banca aludió a “amenaza real y viable” sin dar detalles sobre el posible momento y reiterando que la Casa Blanca se toma en serio sus compromisos de defender a Israel. El jueves, un funcionario estadounidense reiteró que Washington espera un ataque de Irán contra Israel, pero descartó que fuera lo suficientemente significativo para involucrar a Estados Unidos a la guerra.
Decenas de drones y misiles
Un informe de la cadena CBS citando dos fuentes de inteligencia norteamericanas señaló que el eventual ataque incluiría cien drones y docenas de misiles dirigidos a instalaciones militares.
Un ataque de este tipo desafiaría las capacidades de defensa de Israel, dijeron las fuentes, pero no descartaron la posibilidad de que Irán elija una respuesta más limitada para evitar una escalada significativa.
Según The Wall Street Journal, Israel espera que el ataque se produzca en las próximas 48 horas. Añadió que, de acuerdo a sus propios informes sobre el liderazgo iraní, discutió planes para un ataque, pero no han decidido cómo proceder.
El golpe sería como réplica al ataque a la sede diplomática de Irán en Damasco el primer día de este mes, atribuido a Israel.
Francia, Gran Bretaña, Canadá, India, Polonia y Australia emitieron advertencias de viaje a Israel, Cisjordania, Irán y Líbano en medio de tensiones regionales. Estados Unidos dijo que había restringido los viajes personales de sus empleados en Israel fuera de las áreas metropolitanas de Tel Aviv, Jerusalén y Be’er Sheva.
Con información del Clarín