El reciente caso del joven que se quitó la vida en San Jacinto, sumido en problemas de depresión y tras una ruptura amorosa, nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la prevención y el apoyo en situaciones de salud mental.
Este trágico suceso ocurrido en la calle Candelaria, sector 10 de San Jacinto, Maracaibo, estado Zulia, nos invita a profundizar en el abordaje de la depresión y resaltar la necesidad de promover el diálogo y la contención emocional en nuestro entorno.
El joven, identificado como Yoinner Andara, de 21 años, era estudiante de enfermería y trabajaba como vendedor de quesos. Aunque vivía con su madre, quien también es enfermera en Cañada Honda, ese día se quedó con sus amigos en la casa donde finalmente tomó la trágica decisión. Según relatos de los vecinos, los problemas de depresión y una presunta ruptura amorosa habrían sido los detonantes que llevaron a Yoinner a tomar esa drástica determinación.
Sus amigos manifestaron su conmoción ante el hecho y revelaron que Yoinner había mostrado signos de tristeza desde el domingo anterior, aunque no se abrió con ninguno de ellos acerca de sus sentimientos ni de lo que estaba atravesando. Este ejemplo nos llama a ser más sensibles y atentos a las señales de sufrimiento emocional en las personas cercanas, a fin de poder brindarles el apoyo y la ayuda necesaria.
Tras el incidente, las autoridades se hicieron presentes en el lugar, incluyendo una comisión de Polimaracaibo y otra del Cicpc, encargados de levantar y trasladar el cuerpo hasta la morgue. En el proceso de investigación, tres personas, entre ellas la novia de Yoinner, rindieron su declaración ante la ley.
La trágica muerte del joven en San Jacinto nos confronta con la realidad de la depresión y la importancia de abordarla de manera integral. Es fundamental fomentar la prevención, el diálogo abierto y la contención emocional en nuestro entorno.
Debemos estar atentos a las señales de sufrimiento y brindar apoyo a quienes lo necesiten, promoviendo la búsqueda de ayuda profesional y fomentando una cultura de cuidado y respeto hacia la salud mental. Solo a través del trabajo conjunto y la podemos sensibilización esperar construir una sociedad más compasiva y solidaria, capaz de brindar el apoyo necesario para prevenir tragedias como esta.
Con información de El Clarín.
