Este miércoles la Asamblea Nacional de Francia aprobó la moción de censura contra el Gobierno del primer ministro Michel Barnier. Luego de haber realizado la votación dicha petición obtuvo al menos 289 votos para que fuese aceptada, de esa manera el político se vio en la obligación de dimitir y dejar el país a cargo del gobierno en función hasta que se nombre una nueva administración.
Dicho sufragio se celebró después de que el ministro recurrió a un procedimiento constitucional para adoptar, sin votación del Parlamento, su plan de financiación de la Seguridad Social.
A pesar de que, según el artículo 49.3 de la Constitución francesa, el Ejecutivo puede promulgar leyes sin la aprobación del Parlamento, pero los legisladores pueden impugnarla mediante una moción de censura que, si prospera, no solo rechazaría la ley, sino que además obligaría al Gobierno a dimitir.
Antes de la votación, el primer ministro describió la situación como «el momento de la verdad» y de «la responsabilidad«. En relación al grave déficit que afecta Francia, señaló que intentó afrontar esa realidad «presentando textos financieros difíciles».
«Hubiera preferido distribuir dinero, aunque no lo tuviéramos. Pero esta realidad permanece ahí, no desaparecerá por arte de magia de una moción de censura. Esta realidad será recordada por cualquier gobierno, sea cual sea», aseguró Barnier.
Advertencias
Tras haber recordado los enormes fondos que requiere el pago de los intereses de la deuda récord de Francia, el primer ministro advirtió que esa situación no va a cambiar con la dimisión del Gobierno. «La deuda siempre estará ahí«, auguró.
Aproximadamente hace tres meses, Barnier, fue nombrado como primer ministro por el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron. Con esta resolución, su gobierno se convierte en el más breve de la historia de la Quinta República francesa. Se debe acotar que, a excepción de este miércoles, la única vez que una moción de censura provocó la dimisión de un gobierno de la Quinta República fue en 1962.
Intenciones presupuestaria
Durante su intervención en la discusión de la moción, previo a la votación, la líder de la ultraderecha Marine Le Pen afirmó que el presupuesto de Barnier pretendía «tomar como rehenes a los franceses, en particular a aquellos más vulnerables«, pertenecientes a las clases bajas y medias. «¿A dónde va el dinero? Cada vez hay más impuestos, pero menos servicios públicos y protección social«, manifestó.
Le Pen acusó al gobierno de Barnier de «negarse» a aceptar la contrapropuesta presupuestaria que su partido presentó, la cual planteaba poner fin a los gastos que van en contra de la voluntad de los ciudadanos, devolver el poder adquisitivo a los franceses y luchar contra los alquileres, la especulación y el fraude. «No obtuvimos concesiones, sino migajas«, insistió, lamentando la intransigencia del gobierno.
Vía Agencias.