Este lunes 8 de julio, todas las miradas de las Grandes Ligas estaban puestas sobre el juego entre Arizona Diamondbacks y los Bravos de Atlanta, donde debutó el lanzador venezolano Yilber Díaz, que tuvo una actuación magistral y tiene una historia de vida admirable.
Nacido el 19 de agosto del 2000 en Guatire, estado Miranda, el joven emigró junto con su familia debido a la grave crisis económica en Venezuela, y a sus 18 años se dedicaba a vender helados en Perú.
Sin embargo, Yilber no dejó de entrenar y trabajó con el Team Carrillo, un programa de desarrollo de béisbol que se encuentra en Perú, para alcanzar sus sueños.
A los 20 años firmó un contrato con Arizona, lo que para muchos se considera una firma tardía, se encargó de demostrar que el talento siempre estuvo en él.
“Tenía que ser alguien en la vida. Por eso trabajaba y le pedía todos los días a Dios para que me cumpliera uno de mis sueños, que era este”, comentó Yilber antes de su debut.
Su bono por sellar su contrato fue de tan solo 10.000 dólares, una cantidad relativamente baja en el mundo del béisbol profesional en Estados Unidos.
Sus actuaciones en el sistema de ligas menores de los DBacks lo posicionaron como el prospecto 16 de la franquicia, y su oportunidad llegó este lunes.
El derecho brilló con 6.0 entradas de labor, ponchó a cinco rivales y solo permitió una carrera sobre la lomita del Chase Field. La nula producción ofensiva de su equipo no le permitió anotarse su primer triunfo, y Arizona cayó derrotado 5-4 en extrainnings.
Se convirtió en apenas el cuarto criollo que completa al menos seis entradas, abanica a cinco o más rivales y no permite más de una carrera en su debut, sumándose a Carlos Enrique Hernández, José Álvarez y Eduardo Rodríguez.
“Sigan trabajando, muchachos. No se rindan (…) Es muy importante eso, y arrodillarse ante Dios cada día para estar acá, donde yo estoy hoy”, expresó el mirandino.
Con información de Versión Final