
A menudo se suele ver a la leche como un alimento muy saludable. Esta bebida está presente en la mesa de muchas familias desde el desayuno hasta la cena. Al ser rica en calcio, proteínas y otros nutrientes, se considera que puede ayudar al crecimiento, fortalecer los huesos y contribuir a la salud. Por eso no es de extrañar que sea un alimento que muchas personas consumen a diario, ya sea con el café de la mañana, con un poco de cereal o incluso en licuados.
Tomar leche todos los días no es un problema para la mayoría de las personas, siempre y cuando se consuman porciones razonables. Pero excederse con su consumo puede provocar efectos adversos en el cuerpo que quizás no se había considerado. Al tomar leche en exceso podemos aumentar la ingesta de elementos problemáticos para el cuerpo, como las grasas saturadas o una mayor cantidad de calorías. Esto, a largo plazo, contribuye a otros problemas como el aumento de peso o enfermedades cardiovasculares.
Si se excede en la cantidad de esta bebida, el cuerpo puede sufrir inflamación, problemas digestivos e incluso favorecer la aparición del acné. El exceso de calcio procedente de consumir grandes cantidades de lácteos no es necesariamente beneficioso para el organismo, ya que el cuerpo no lo va a aprovechar de forma adecuada, y el exceso incluso puede llegar a afectar la salud de órganos como los riñones.
Aunque esta bebida es una excelente fuente de calcio, al consumirla en grandes cantidades no garantiza que el sistema óseo lo reciba de forma completa. Si lo que se quiere es que el calcio se fije correctamente a los huesos, es necesario completar la ingesta de lácteos con una alimentación balanceada que también incluya vitamina D y otros minerales como el magnesio.
Vía VTV