
Caminar por la calle o viajar en transporte público con el teléfono móvil en la mano se ha convertido en una imagen cotidiana, pero este hábito tiene profundas implicaciones psicológicas que van más allá de la simple distracción.
La psicología analiza cómo esta conducta afecta la atención, eleva el riesgo de accidentes y está ligada a patrones adictivos.
La preocupación se centra en fenómenos como la nomofobia (el temor irracional a estar sin el móvil) y el FOMO (miedo a perderse algo), que reflejan una creciente dependencia tecnológica con graves consecuencias para la salud mental.
El impacto en la atención y la conducción de la marcha
La interacción constante con dispositivos y redes sociales está reentrenando al cerebro para recibir ráfagas cortas de información, lo que impacta negativamente la concentración sostenida.
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- Deterioro cognitivo: Una investigación publicada en World Psychiatry y respaldada por expertos como Gloria Mark de la Universidad de California, ha señalado una drástica caída en la capacidad de atención: de un promedio de 2.5 minutos en 2004 a 47 segundos en años recientes.
- Riesgo de accidentes: El uso del móvil afecta concretamente la marcha y la seguridad vial. Un estudio de la Universidad de Chicago demostró que hablar por teléfono reduce la velocidad de caminata en 13%, mientras que escribir mensajes puede reducir la velocidad en un tercio y desviar la trayectoria en un 61%.
Consecuencias psicológicas
Desde la perspectiva de la salud mental, el miedo a «quedarse afuera» ha generado diagnósticos específicos, especialmente en la población adolescente:
- FOMO (Fear of Missing Out): Es el temor a perderse eventos sociales, oportunidades laborales o cualquier novedad. Este miedo está estrechamente asociado con trastornos de ansiedad generalizada y fobia social, como explicó la Licenciada Gabriela Martínez Castro (MN 18627) a Infobae.
- Nomofobia (Miedo a estar sin móvil): Se manifiesta con síntomas físicos y mentales, como ansiedad y taquicardias cuando la persona se separa de su dispositivo.
Esta dependencia tecnológica es especialmente preocupante en adolescentes, donde puede derivar en alteraciones del sueño, episodios de ansiedad y síntomas depresivos.
Hábitos para reducir la dependencia del celular
Para contrarrestar la dependencia tecnológica y evitar riesgos como los accidentes, los expertos recomiendan implementar los siguientes hábitos saludables:
- Limitar Interrupciones: Active el modo avión o No Molestar y desactive las notificaciones de redes sociales y aplicaciones no esenciales.
- Establecer Zonas Libres: No use el móvil durante las comidas (para fomentar la interacción cara a cara) y evite llevarlo al dormitorio, especialmente durante la noche.
- Gestionar el Uso: Limite el tiempo dedicado a redes sociales, silenciando grupos de WhatsApp o eliminando aplicaciones inútiles.
- Fomentar la Desconexión: Promueva actividades sin tecnología, como la lectura o el ejercicio físico, y practique el autocontrol para un uso más consciente y equilibrado.
Con información de Noticias al día