Contrario a la creencia popular de que el alcohol mejora el desempeño sexual, especialistas en sexología advierten que su consumo no solo carece de beneficios, sino que produce un efecto inhibitorio en la respuesta sexual completa.
La ingesta excesiva afecta directamente al cerebro, donde se origina el deseo, alterando la conexión necesaria entre lo psíquico y lo corporal.
Alcohol altera la respuesta sexual
El sexo inicia en el cerebro. La psicóloga Mariela Martínez Ramos, miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS), subraya que el deseo, activado por pensamientos o estímulos externos (caricias, olores), es esencial para entrar en la fase de excitación.
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«El hecho de que en el sujeto haya una buena integración entre lo psíquico y lo corporal es un signo de buena salud mental«, afirma Martínez Ramos.
Con la ingesta alcohólica, el sistema nervioso central se ve comprometido, alterando la activación del deseo y la concentración necesaria para percibir los estímulos eróticos.
Efectos clínicos del exceso de alcohol
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas produce consecuencias físicas y psicológicas documentadas en ambos sexos:
Hombres: Disfunción y dependencia de fármacos
- Disfunción Eréctil: El alcohol inhibe el correcto funcionamiento del sistema nervioso central, lo que provoca problemas de erección. Francisca Molero, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), señala: «Dejas de percibir las sensaciones eróticas y se puede producir un problema de erección».
- Problemas con el Orgasmo: El consumo excesivo puede causar eyaculación tardía o anorgasmia, haciendo la relación sexual menos placentera.
- Riesgo de Dependencia: Molero advierte que muchos jóvenes utilizan el alcohol junto con inhibidores de fosforilasa (como el ‘viagra’), creando una peligrosa dinámica donde la seguridad sexual depende de causas externas (alcohol y fármacos), lo cual afecta la salud mental y el hígado a largo plazo.
Mujeres: Disminución de la respuesta física
- Baja Lubricación: El alcohol provoca una disminución de la lubricación natural debido a que las mujeres están «mucho menos centradas en sentir los estímulos eróticos, que son los que activan realmente la respuesta sexual», según Molero.
Consecuencias psicológicas y de riesgo
La dependencia del alcohol para tener encuentros sexuales puede generar graves problemas psicológicos, incluyendo ansiedad anticipatoria y miedo a tener relaciones sin el uso de sustancias. «Llega un momento en el que para ellos la sexualidad se convierte en un problema», lamenta Molero.
Además, la especialista concluye con una advertencia sanitaria clave: la práctica de sexo tras ingerir alcohol aumenta el riesgo de contraer una Infección de Transmisión Sexual (ITS), ya que la inhibición reduce la conciencia sobre la toma de precauciones pertinentes.
Con información de Cuídate plus