
El sexo evoluciona con la vida y, a partir de los 60 años, requiere adaptar las relaciones sexuales a nuevos escenarios físicos y emocionales. Si bien pueden surgir complicaciones asociadas al envejecimiento, especialistas consultados por CuídatePlus coinciden en que una vida sexual plena sigue siendo posible en esta etapa. La clave, según los expertos, reside en la comunicación de pareja y en un cambio de paradigma: priorizar la intimidad sobre el rendimiento.
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Disfunción y bajo deseo, los principales obstáculos
Los problemas sexuales más comunes en mayores de 60 difieren ligeramente por género.
En los hombres, la disfunción eréctil es el reto más frecuente. El catedrático de Psicología Evolutiva de la Universidad de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Feliciano Villar, explica que este problema puede estar asociado a la edad avanzada o a factores de tipo vascular. Villar subraya la necesidad de «contar con el apoyo de la pareja y, por supuesto, no pensar que es algo irreversible», alentando a la consulta médica. El especialista recuerda que existen tratamientos eficaces como el sildenafilo (Viagra) o el tadalafilo (Cialis).
Esta visión es compartida por Jesús E. Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano (ISM), para quien la disfunción eréctil es el problema más habitual en la población masculina mayor de 60. Rodríguez destaca, además, que el pronóstico es generalmente bueno en casos de retardo eyaculatorio y en el tratamiento del deseo sexual, «cuya causa identificar es básico para aplicar un tratamiento eficaz».
En las mujeres, la falta de deseo y los cambios menopáusicos son determinantes. La falta de deseo sexual suele tener un componente multifactorial, con un importante peso de los factores psicosociales, según Rodríguez. Por su parte, Villar señala que los problemas de sequedad vaginal tras la menopausia pueden provocar dolor durante la penetración, un dolor coital cuyo tratamiento debe ser multidisciplinar (ginecología, fisioterapia, psicología, urología) y tiene, en general, un buen pronóstico. El miembro de la SEGG añade que para la sequedad existen numerosos productos lubricantes que pueden incorporarse al juego sexual.
El cambio de mentalidad: Intimidad sobre rendimiento
Ambos especialistas coinciden en que la comunicación y el apoyo de la pareja son fundamentales para afrontar las dificultades y disfrutar del sexo.
Feliciano Villar critica el modelo de sexualidad dominante, basado en el rendimiento juvenil (erección rápida, larga duración, orgasmo simultáneo), que resulta cada vez menos accesible con la edad. En su lugar, el geriatra propone «apostar a partir de los 60 años por un modelo de intimidad que priorice el camino que se recorre durante la relación sexual, sin prisa, así como la comunicación, el intercambio emocional y de placer, por encima del rendimiento sexual». Desde esta perspectiva, la sexualidad en la vejez «no solo es posible, sino que incluso puede ser más placentera», afirma Villar.
Por su parte, Jesús E. Rodríguez incide en que un envejecimiento saludable es clave para mantener una vida sexual satisfactoria, a pesar de que algunas enfermedades puedan aparecer o empeorar. El director del ISM recomienda: «evitar caer en las rutinas con nuestra pareja, mantenernos en forma, evitar el consumo de alcohol y tabaco, vencer a los miedos y prejuicios asociados al envejecimiento, descubrir que hay placer sexual más allá del coito, establecer una comunicación fluida con el otro y, si todo esto falla, consultar con un profesional».