
Los arándanos, pequeñas bayas de intenso color azul oscuro y sabor dulce con toques ácidos, ganan cada vez más popularidad gracias a su versatilidad en la cocina y a los múltiples beneficios para la salud que la ciencia ha comprobado.
Su temporada natural va de abril a septiembre y suelen encontrarse en pantanos y embalses de climas templados y fríos. Pueden consumirse frescos, congelados, secos o como parte de múltiples preparaciones, desde jugos hasta postres.
Pero más allá del gusto, los arándanos ofrecen un alto valor nutricional. Diversos estudios han demostrado que mejoran funciones cognitivas clave como la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional, especialmente en adultos mayores. Además, su consumo regular ha mostrado reducir síntomas depresivos y niveles de glucosa en sangre.
Además, su ingesta también favorece la salud cerebral infantil, al ayudar a mejorar la memoria y el aprendizaje en niños, y podría desempeñar un rol preventivo contra el deterioro neuronal asociado a la edad. Gracias a su alto contenido en antocianinas, los arándanos actúan como poderosos aliados del corazón.
Su consumo frecuente se asocia a una mejora en los niveles de colesterol, biomarcadores inflamatorios, elasticidad de los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo.
Vía Venevisión