Astorga advirtió que la prevención del suicidio es un tema que sale de los consultorios y hay que hablarlo en la calle, en las familias, en los medios y en las organizaciones gubernamentales. Aunque hay un vínculo entre la depresión y el suicidio, no todos los que se suicidan están deprimidos ni todos los que están deprimidos se suicidan.
La especialista detalló que el suicidio es una respuesta al sufrimiento. “Cuando estamos sufriendo buscamos salir del sufrimiento porque es una respuesta natural del ser humano”, comentó, añadiendo que a veces la persona no consigue otras alternativas.
Astorga informó que los duelos pueden incidir en la desesperanza, pero también destacó la resiliencia humana. La depresión, explicó, es un cuadro clínico que se trata con los psiquiatras y tiene una base biológica, mientras que la tristeza y la angustia tienen que ver con el contexto.
La experta enfatizó que la salud mental es dinámica y puede cambiar en cualquier momento. “Las personas dan señales de alarma”, dijo, instando a estar atentos a las señales que las personas puedan enviar y tener especial atención con personas que sufren acoso o maltrato.
Astorga explicó que no existe una fórmula exacta para determinar cuándo una persona cruza los límites y pierde las ganas de vivir. Los factores son múltiples y cada caso es diferente.
La Federación de Psicólogos está generando estrategias para que los especialistas se formen en contención y atención de personas en riesgo de suicidio. Recientemente realizaron un convenio con la universidad de Manizales, en Colombia, para que los psicólogos se formen en suicidología, una nueva rama que busca profundizar en este fenómeno.
Además, varias organizaciones, entre ellas la federación de psicólogos, han activado una línea telefónica a la que las personas pueden llamar de forma gratuita para recibir atención.
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