Lourdes Aristimuño ama el Carnaval. Ella fue la reina de estas fiestas en 1.967 y cuando habla de sus anécdotas de aquella época, deja demostrado que ha sido una de las mejores experiencias que ha tenido en su vida.
Ya han pasado 57 años de su coronación y parece que hubiese sido ayer. Quienes la conocen dicen que ha sido una de las reinas más queridas, otros, de las más admiradas, pero todos coinciden en algo: es una gran dama.
Cuando Lourdes participó en el reinado tenía 16 años de edad, pero, un mes antes había representado a Monagas en el Reinado Nacional del Deporte, donde figuró como 2da Finalista.
Días después llegó la temporada carnestolenda donde representó al Liceo “Miguel José Sanz” ante otras 11 candidatas. En aquel momento era ‘una guerra a muerte’ entre este colegio y el Francisco Isnardi.
“Había una rivalidad entre estos dos liceos, pero era una rivalidad sana. Ambos planteles elegían a una aspirante para que los representara y el día de la elección esas barras ‘se venían abajo’ cuando salía su candidata”, cuenta.
Relatan los historiadores que en aquellos tiempos las participantes más allá de ser hermosas, tenían que ser muchachas muy inteligentes porque las preguntas que les realizaban no solo iban dirigidas a su personalidad, sino que también se enfocaban en cultura general. En este reto, Lourdes salió airosa.
“Yo recuerdo que me destaqué en cada una de las actividades, tanto así que ya no solo recibía aplausos de mi liceo. La gente del Isnardi también me ovacionaba”, relata Lourdes, asegurando que en aquella época la reina era elegida hasta una semana antes que iniciara el Carnaval.
“Jugábamos Carnaval en la mañana, luego nos íbamos a los desfiles en la avenida Bolívar y en la noche recorríamos los sectores donde hacían los famosos ‘templetes’. No solo desfilábamos en una carroza, también bailábamos con el pueblo. En las comunidades nos esperaban ansiosos”, narra Lourdes.
Presidió el Carnaval de Maturín por casi 10 años
Años después de haber sido electa reina del Carnaval de Maturín, Lourdes Aristimuño comenzó a formar parte de la junta organizadora, paseándose por diferentes comisiones, hasta que le dieron la oportunidad de llevar la batuta de estas fiestas.
“En ese momento Guillermo Call era el Gobernador. Él me llama y me dice: quiero que te encargues de organizar el Carnaval, pero en noviembre del año anterior mi papá Manuel Aristimuño, quien por muchos años dirigió estas fiestas, había fallecido, y yo le digo: Gobernador, pero yo no puedo, yo estoy de luto y él me respondió: si no eres tú no tengo a nadie más, además es una manera de rendirle homenaje a tu papá, total que al final me convenció”.
Lourdes expresa que al medirse el traje de fantasía que usó durante los desfiles, comenzó a llorar sin parar. “Eran muchos sentimientos encontrados al recordar a mi padre que siempre estuvo conmigo y que yo estaba haciendo el trabajo que él hizo por muchos años”, recuerda.
Actualmente Lourdes continúa residenciada en Maturín, con una hermosa familia que sigue creciendo, pues, dentro de poco tendrá a su primera bisnieta, un hecho que la tiene emocionada. Puntualizó diciendo que el amor por el Carnaval tiene que ser transmitido de generación en generación.
“Disfrutar en familia y sanamente. Demostrar que somos una referencia en la celebración de estas fiestas”.