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Más allá de la sal: Conozca al otro enemigo silencioso que dispara su presión arterial

Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine reveló que las personas que obtienen más del 17% de sus calorías diarias del azúcar añadido tienen un 38% más de riesgo de morir por enfermedades cardíacas

Durante décadas, la sal ha sido señalada como el principal enemigo de la salud arterial. Sin embargo, la evidencia científica actual, respaldada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, advierte que el azúcar añadido cumple un papel determinante y, en muchos casos, más perjudicial en el aumento de la presión sanguínea y el riesgo cardiovascular.

El enemigo oculto en los procesados

A diferencia del azúcar natural presente en frutas y lácteos —que se acompaña de fibra y minerales—, los azúcares refinados en refrescos y ultraprocesados carecen de valor nutricional.

Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine reveló que las personas que obtienen más del 17% de sus calorías diarias del azúcar añadido tienen un 38% más de riesgo de morir por enfermedades cardíacas.

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El Dr. Frank Hu, profesor de nutrición en Harvard, explica que el exceso de azúcar sobrecarga el hígado, transformándose en grasa. Este proceso no solo deriva en hígado graso o diabetes, sino que eleva los niveles de insulina, lo que obliga a los riñones a retener más sodio y agua, disparando así la hipertensión.

Cómo afecta el azúcar a tu sistema cardiovascular

El consumo desmedido de azúcares refinados, especialmente la fructosa procesada, desencadena una serie de alteraciones metabólicas:

  • Resistencia a la insulina: Favorece el almacenamiento de grasa y la inflamación sistémica.
  • Elevación del colesterol: Altera los lípidos en sangre, endureciendo las arterias.
  • Efecto sinérgico con el sodio: El azúcar amplifica los efectos negativos de la sal, dificultando su eliminación a través de la orina.

Límites recomendados y prevención

La Asociación Americana del Corazón (AHA) establece límites claros para proteger el sistema circulatorio:

  • Mujeres: Máximo 6 cucharaditas (24 gramos) al día.
  • Hombres: Máximo 9 cucharaditas (36 gramos) al día.

Para reducir estos niveles, los especialistas recomiendan priorizar carbohidratos complejos (cereales integrales) y leer cuidadosamente las etiquetas nutricionales, identificando el azúcar bajo nombres ocultos como jarabe de maíz de alta fructosa, sacarosa o maltodextrina.

¿Qué pasa con la sal?

Aunque el azúcar ha ganado relevancia en el debate médico, la sal no deja de ser un factor de riesgo, especialmente para mayores de 50 años. La ingesta recomendada se mantiene en 2.300 mg diarios (una cucharadita). El peligro real surge cuando ambos ingredientes se combinan en la dieta, potenciando el daño renal y arterial.

Parámetros de una presión arterial saludable

La hipertensión es conocida como el «asesino silencioso» porque rara vez presenta síntomas. Es vital realizar controles periódicos:

  • Normal: Menos de 120/80 mmHg.
  • Hipertensión: Valores iguales o superiores a 140/90 mmHg.

Mantener estos niveles bajo control disminuye drásticamente el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares (ACV), insuficiencia renal y daño en la visión.

Con información de Infobae

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