
Más de 100.000 personas se congregaron en el State Farm Stadium en Glendale, Arizona, para asistir al funeral del activista conservador Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre. El evento, titulado «Construyendo un legado: recordando a Charlie Kirk», reunió a miles de sus seguidores en un acto multitudinario.
Debido a la gran afluencia, las autoridades implementaron un dispositivo de seguridad sin precedentes. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) asignó al funeral la máxima calificación de seguridad, un nivel reservado para eventos de alto perfil como el Super Bowl.
La tensión aumentó tras la detención de un hombre armado que se hizo pasar por un agente de seguridad en el estadio el pasado viernes.
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Figuras políticas rinden homenaje a Kirk
El presidente Donald Trump y el vicepresidente J.D. Vance fueron algunas de las figuras políticas de alto nivel que asistieron y pronunciaron unas palabras en honor a Kirk.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, destacó que la gran delegación presidencial refleja el aprecio que el activista tenía en los niveles más altos del Gobierno.
Para garantizar el orden y la seguridad, los asistentes, que se registraron previamente en el sitio web de Turning Point USA, tuvieron que someterse a estrictos controles y se prohibió la entrada de bolsos al estadio.
El evento también causó importantes cortes de tráfico en los alrededores, afectando la movilidad de la ciudad.
El funeral se convirtió en una muestra del poder de movilización de la base conservadora. Los organizadores pidieron a los asistentes vestir de rojo, blanco o azul en honor a la bandera estadounidense, reafirmando el legado de Kirk y su influencia en el movimiento.
El asesinato de Kirk, ocurrido mientras participaba en un debate en la Universidad de Utah Valley, ha avivado el debate sobre la seguridad y la libertad de expresión, temas que resonaron a lo largo de la jornada de homenaje.
Con información de Notitarde