Más de 2 mil estudiantes de la Universidad de Oriente (UDO), campus Los Guaritos, de Maturín, se ven afectados por la inoperatividad del comedor de esta casa de estudios, el cual fue desmantelado por la delincuencia en el 2020.
Los bachilleres mencionaron que la gran mayoría debe pagar entre cinco y diez dólares por un almuerzo cuando les toca clases hasta las 5:00 de la tarde, situación que les afecta gravemente, sobre todo, a quienes viven en otros municipios y tienen que pagar residencia.
Además, resaltaron que el comedor no funciona desde el 2019 y que en el 2020 el área sufrió vandalismo junto con otros espacios de la universidad.
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“Yo sufro bastante porque a veces me ha tocado salir a las 12:00 del mediodía y tengo clases a la 1:30, y debo salir corriendo a buscar qué comer. También hay veces que no como y espero llegar a casa, porque un almuerzo en más de 5 dólares es un poco costoso para nosotros los estudiantes”, dijo la estudiante Daniela Hernández de ingeniera en los alimentos.
Gasto extra representa la inoperatividad del comedor
Enyer Arenas, estudiante del cuarto semestre de ingeniería mecánica, comentó la dificultad de conseguir comida en los alrededores de la universidad debido a los altos costos. Sugiere habilitar un espacio para que los estudiantes tengan acceso a alimentos y puedan ahorrar dinero, ya que rehabilitar el comedor implica una inversión muy alta.
“Es un gasto extra porque pago residencia y tengo gastos administrativos adicionales de la universidad. A eso le sumo que cada vez que tengo que comprar almuerzo en el frente, lo venden desde cinco o diez dólares. A veces, por ahorrar dinero, termino comiendo pan, y eso no es una buena alimentación para una persona que estudia”, resalta Arenas estudiante de ingeniería de los alimentos.
¿Cómo era el funcionamiento del comedor?
El comedor tiene una capacidad de atender entre 3.500 y 4 mil estudiantes. En el 2017 funcionaba en doble turno: a las 12:00 del mediodía y a las 5:00 de la tarde. Después, comenzaron a trabajar con un solo turno debido a la situación del país en ese momento.
El servicio como tal se paralizó después de la pandemia del COVID-19, que recordemos llegó a Venezuela en 2020. Desde ese momento, los espacios fueron vandalizados de tal manera que se llevaron hasta los ladrillos de las paredes, aseguraron los estudiantes.
“También se robaron todas las mesas, los equipos de cocina, equipos y mobiliarios, quedando totalmente devastado. Ahora eso está cubierto por la naturaleza, lleno de monte, abandonado”, dijo un estudiante regular que no quiso dar su nombre.
La gran inversión
Asimismo, señalaron que, tras la recuperación que realizó el gobierno nacional, no se contempló el área del comedor debido al gran deterioro de la infraestructura y a la inversión que se tiene que hacer en el módulo. Este es un monto desconocido por los bachilleres, pero afirman que es alto, y por ello priorizaron solamente los salones.
En 2019, Javier Cisneros, dirigente del movimiento estudiantil de ese año, destacó que se calcularon más de 15 robos en el comedor y en otras áreas del recinto. Además, agregó que los maleantes se llevaron desde bandejas, mesas, cubiertos hasta algunas ollas.
En la actualidad, quienes siguen sufriendo los efectos de estos hurtos son los estudiantes, ya que el comedor es un elemento fundamental para el desarrollo de las actividades en cualquier universidad.
La población estudiantil de la Universidad de Oriente en Monagas creció a más de 5 mil bachilleres este año 2025, según lo mencionado por la decana doctora María Elena Pinto Rodríguez.
Fotos/Juan Goitía
