A medida que los años van pasando, la teoría que recomienda tener un animal de mascota en casa ya que es de mucha ayuda para el ser humano, se vuelve más práctica y con resultados positivos.
No hay duda de que las responsabilidades de la cotidianidad suelen convertirse en una carga más pesada con el transcurrir de los tiempos, siendo ésto uno de los factores causantes de la depresión, estrés y sentimiento de soledad; muy poco se suele tener la oportunidad de compartir sin ningún tipo de preocupaciones en mente, con la familia o seres queridos, haciendo que poco a poco la compañía se desvanezca de ser algo importante.
Actualmente, la constante presión de «ser alguien en ésta vida», ha dejado por menos el valorar un buen recibimiento en casa, comer juntos en la mesa, pausar el trabajo para observar otras cosas (como el ambiente), el conversar con amigos sobre algo que no sea trabajo, y muchas otras cosas que como Personas, ayudan al bienestar anímico.
Estudios demuestran que, esa gran necesidad de comunicar y relacionarse que tiene la humanidad desde que están en el vientre, puede ser llenado con el amor genuino de algún animal que sea considerado mascota.
Tener otro sujeto en casa, que se emocione con la llegada de su querido ser y esa confiabilidad y seguridad de estar con su dueño, se vuelve un antídoto para el estrés de largas jornadas laborales, así como ese «amigo silencioso» que rompe con la soledad al escuchar las anécdotas del día.
Cada uno de éstos animales en casa, están extremadamente pendientes del comportamiento de los habitantes de la misma, y son capaces de comprender como lo hacen sus dueños. Tener una mascota (de cualquier especie) es dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia.