
El reciente incremento del bono de guerra económica y pensiones anunciados por el Gobierno nacional, han suscitado diversas opiniones entre los ciudadanos de Maturín, quienes manifestaron que están de acuerdo con que haya un aumento, pero no como este reciente.
Carmen Hernández, pensionada, comentó sobre estos cambios, señalando que aunque el aumento es positivo, la nueva cantidad no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.


“El gobierno ha aumentado la pensión de 40 a 50 dólares y el bono de guerra económica para empleados públicos a 120 dólares, sin embargo, aunque esto representa un alivio, no es suficiente para satisfacer las necesidades fundamentales de alimentación y productos de higiene personal”.
Hernández enfatizó que con un salario de 130 bolívares, los trabajadores públicos todavía enfrentan serias dificultades.
“Con 120 dólares apenas puedes comprar la comida necesaria para el hogar, y mucho menos adquirir toda la canasta básica”, afirmó.
Además, Carmen subrayó que tanto los trabajadores del sector público como los del privado merecen salarios dignos.
“Los empleados privados no reciben bonos como nosotros, pero eso no significa que no merezcan una remuneración justa, todos somos trabajadores», señaló.
Asimismo, Argelia Ramos, otra encuestada, indicó que el precio del pollo ya supera los mil bolívares y un cartón de huevos está alcanzando los 700 bolívares, lo que hace evidente que con este salario resulta imposible cubrir sus necesidades alimentarias.


Carnicerías que ofrecen combos es una ayuda
Actualmente, hay carnicerías que ofrecen combos para facilitar a los ciudadanos la compra de carne, pollo y queso, buscando así ayudarles a salir adelante en medio de la situación económica.
Por su parte, una ciudadana quien prefirió mantener su nombre en el anonimato, comentó que en una quincena, ella y su esposo gastan aproximadamente 180 dólares en el mercado. Se organizan para dividir las compras y así poder adquirir una variedad de productos.
“Le propuse a mi esposo que él se encargara de comprar las proteínas mientras yo me ocupaba de los víveres y otros artículos esenciales. Gracias a los combos disponibles en algunas carnicerías pudimos comprar carne, pollo y huevos; pero entre ambos terminamos gastando 180 dólares”, compartió.
Por su parte, Ernestina Santaella manifestó su descontento con el aumento de la pensión a 50 dólares, argumentando que esa cifra es insuficiente para cubrir necesidades básicas como carne y pollo, especialmente, considerando lo elevados que son actualmente sus precios.
“La desigualdad en la distribución de beneficios es alarmante; no todos reciben el bono de guerra económica como ocurre con algunos empleados del sector privado. El aumento debería ser un beneficio equitativo para todos, no solo para ciertos sectores”, afirmó con preocupación.
Fotos/Juan Goitía