Algunos estudios científicos han señalado que los seres humanos nacidos por cesárea presentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedades asociadas a un sistema inmunológico disfuncional. Los investigadores creen que el primer contacto con los microbios en la vagina e intestinos de la madre probablemente fortalece el organismo del bebé, haciéndolo más resistente.
Los intentos por compensar este fenómeno son variados y controvertidos. La técnica más famosa es la «siembra vaginal«, que suministra de manera oral a los neonatos una pequeña parte de los microbios que habitan en la cavidad vaginal de sus madres. Pese a las repetidas pruebas, la siembra no ha demostrado ser una forma efectiva de reforzar el sistema inmunológico de los bebés. Los microbios simplemente no colonizan bien las vías digestivas de los recién nacidos.
Los «batidos de heces» para los bebés nacidos por cesárea
Una investigación liderada por el Instituto Finlandés de Salud y Bienestar propone una medida alternativa. Sugieren implementar trasplantes fecales en los niños y niñas nacidos por cesárea. Para ello, diseñaron un “batido de heces”, una preparación que combina leche con una pequeña cantidad de heces fecales de la madre. Según su reporte, solo una pequeña cantidad de materia fecal externa es suficiente para lograr la tan ansiada colonización microbiana que originalmente debería ocurrir durante el parto vaginal.
En su último ensayo, los científicos finlandeses probaron un líquido con 3.5 miligramos de heces fecales y lo suministraron a 15 bebés nacidos por cesárea como su primera alimentación. Además, hubo otros 16 recién nacidos que recibieron un “batido de heces” placebo como grupo de control.
En los primeros análisis, ambos grupos de neonatos mostraban una diversidad microbiana similar al nacer. Tras el segundo día de vida, ya con el batido en sus cuerpos, las diferencias fueron claras. Durante los siguientes seis meses, los bebés que se alimentaron con la preparación presentaron una mejor diversidad microbiana en comparación con el grupo que tomó el placebo. Los detalles de su investigación se expusieron en la IDWeek, una reunión de especialistas en enfermedades infecciosas.
La investigación sobre la transferencia de heces se prolongará durante los primeros dos años de los pacientes. Durante este tiempo, el equipo evaluará la salud de los participantes del estudio para verificar si hubo un cambio sustancial. El equipo se mantiene optimista, pues en estudios piloto previos y de menor extensión se concluyó que los bebés se desarrollaron de manera similar a aquellos nacidos por parto vaginal.
Aunque los resultados son prometedores, las personas no deben intentar imitar el procedimiento en sus hogares. Los tratamientos con trasplantes de heces en recién nacidos todavía se están estudiando para identificar todas las posibles repercusiones. En este experimento de Finlandia, solo se aceptaron a 30 madres de un total de 90 candidatas. “Hay que asegurarse de que la materia fecal que se le da al recién nacido no incluye patógenos que puedan causar una enfermedad”, señaló Otto Helve, investigador principal del estudio.
En cualquier caso, el tratamiento con el “batido de heces” parece tener solo una función positiva en grandes grupos. Su suministro a nivel general podría repercutir a largo plazo en la tasa de casos de asma o enfermedades inflamatorias. Para el caso específico de niños nacidos por cesárea, los resultados podrían ser apenas visibles.
Fuente: Wired