El alcalde de la ciudad mexicana de Chilpancingo, Alejandro Arcos ha sido asesinado y decapitado en la localidad, situada en el estado de Guerrero. La muerte se ha producido apenas unos días después del asesinato del secretario general del Ayuntamiento.
Las autoridades han detallado que la cabeza del alcalde fue localizada en el techo de una camioneta blanca, mientras que el cuerpo estaba en el interior de este mismo vehículo, cubierto con una sábana.
El Partido de la Revolución Democrática cuyo presidente, Jesús Zambrano, ha sostenido que el hecho es «una muestra más de la ausencia de gobernabilidad» en el estado que se encuentra «claramente en manos de la delincuencia».
«Además de enviar nuestra sentida solidaridad a su esposa, familiares y amigos, le exigimos a la presidenta Claudia Sheinbaum que tome medidas y castigue este asesinato político en este narcoestado sureño», ha recalcado en sus redes sociales.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, ha emitido un comunicado condenando «de manera enérgica» el asesinato de Arcos. «Su pérdida enluta a toda la sociedad guerrerense y nos llena de indignación», ha señalado.
La posición de la Fiscalía para terminar con los asesinatos
Por su parte, la Fiscalía General ha anunciado una investigación en torno al suceso y ha manifestado que ya hay agentes en el lugar del suceso «para llevar a cabo los actos de investigación correspondientes, que permitan obtener las pruebas necesarias para esclarecer el ilícito».
«La Fiscalía General del estado de Guerrero refrenda su compromiso con los ciudadanos de procurar el acceso a la justicia y el combate a la impunidad», ha destacado a través de un comunicado.
Vía ABC.