La Virgen María no es una persona lejana para su pueblo, y mucho menos para quienes recurren a su ayuda e intercesión, ella eleva hasta su hijo Jesús la súplica de los creyentes para que estos alcancen la sanación, siendo estos los milagros que, sin duda alguna, han dado fama a la Señora de los Mares y Patrona del Oriente venezolano.
Y como dice un famoso versículo de la Biblia, específicamente en Mateo 27, «la fe mueve montañas», este fue el combustible que les permitió a la familia de Neri Guzmán conseguir el favor que le pedían a Del Valle.
Como siempre han tenido filial amor a la Madre de Dios, hace 6 años, 2017, les tocó ser testigos directo del poder de Dios y de la efectividad de su mediación y de consuelo con sus hijos terrenales.
En ese entonces, un episodio oscuro que nadie desearía pasar tocó a la puerta de Guzmán, su nieta Diana Chaparro, de 13 años, había sido arrollada cuando salía del colegio Cecilio Acosta, de la Zona Industrial.
De momento las condiciones de salud de la joven de 16 años de edad no eran nada esperanzadoras, pues, la junta médica no daba mayor oportunidad de vivir y de ocurrir, quedaría en condiciones vegetal, sin poder hablar ni nada.
La joven que cursaba estudios de bachillerado duró 29 días en coma inducido en Terapia Intensiva.
«Ella tenía fracturas en el cráneo, piernas y brazos. Los doctores nos dijeron que si reaccionaba quedaría en estado vegetal y no podría hacer nada», contó la mujer mientras confeccionaba un vestido a la Virgen, como una promesa por este gran favor concedido.
Guzmán agrega que a Diana le habían realizado una traqueotomía, gastrostomía, además de tener una vía central.
«Nos aferramos mucho a Dios y la Virgen del Valle, a quien desde siempre le hemos venerado y amado. Fueron días difíciles pero de mucha fe», contó.
Recordó la mujer las palabras de los médicos que «ellos decían que estaban haciendo todo lo posible pero a lo mejor la niña no se salvaba».
Señal milagrosa
Aunque ella tenía la certeza de que María les acompañaba, fue su hija (mamá de Diana) quien experimentó algo que para ellos les fue garantía del milagro que estaban clamando al cielo.
«Sus compañeros de trabajo le habían regalado una rosa, ella la colocó en un recipiente a la Virgen en forma de petición. Para sorpresa, cada vez que llegaba a casa, y así pasó los 29 días, la flor se mantuvo viva y cada día estaba más rozagante y con su aroma intacto».
Observar la rosa, refirió Neri, «era como si la acababan de cortar».
El Milagro
La Semana Santa de ese mismo año, mientras como familia se unían en oración de súplica a Jesús «El Nazareno», recibieron la llamada más esperada en toda su vida, «Diana despertó».
«Ella estaba recuperada, y cuando le hablamos contestó normal, y fue allí cuando nos dimos cuenta que todo estaba bien y la Virgen había oído nuestras peticiones», contó con alegría Neri al sentir una vez más esa presencia de María.
Gratitud
Como parte de la promesa de devolverles con bien a su nieta, la familia Guzmán y Chaparro prometieron a la Virgen llevarle a Diana hasta su santuario en Margarita, esperan ir pronto hasta la casa de su madre espiritual para agradecerle el favor.
Hoy, Diana tiene 19 años y las marcas en su cuerpo de aquel suceso les recuerda como familia la obra de Dios. Ella sigue su vida y actualmente estudia tecnología de los Alimentos en la UDO Monagas.
Foto: Osmel Rodríguez
