Un grupo de estudiantes y trabajadores se encontraban en un centro de impresión ubicado en el centro de Maturín, con el objetivo reproducir sus documentos lo más rápido posible para retomar sus tareas cotidianas, cuando repentinamente se fue la luz.
¡Ahhhh! fue el sonido que se escuchó al unísono, como de un lamento o pesar. Luego vino un silencio y una voz de los trabajadores se escuchó diciendo: ayer también se fue y tardó una hora en llegar.
Bastó tener esa información para que las personas comenzaran a salir del lugar. Este es el día a día de los negocios que dependen de la energía eléctrica para prestar sus servicios, entre ellos están: hospitales, escuelas, clínicas, bancos, cyber, barberías, peluquerías, impresiones y copias, trabajadores freelancers, gamers, emisoras, medios de comunicación, entre otros.
En una encuesta realizada por los grupos de WhatsApp, los maturineses respondieron que en lo que va de junio, al menos dos veces al día tienen cortes eléctricos en sus sectores.
«Lo malo no es que se vaya, porque se puede ir. La cuestión es que llevamos meses afectados y nadie informa por qué ni mucho menos advierten sobre los cortes en los sectores, para estar prevenidos y resguardar los equipos electrónicos que están tan elevados», acotó Flor García, comerciante del casco central.
En un recorrido por el centro se observaron a algunos comercios con plantas eléctricas, con esto pueden combatir el estrés de perder clientes por la falta de luz.