
El gimnasio más grande de Maturín ya está perdiendo su encanto. Desde el año 2012, la autoridad local de esa época, José Maicavares, realizó la reinauguración de este espacio con la visión incentivar la salud física y metal de los maturineses.
Actualmente, ya casi culminando el año 2023, estos espacios están lejos de ser un gimnasio pero se niega a morir. Aún sus áreas de concreto para caminar siguen siendo la preferencia de los corredores y caminantes para ejercitarse y admirar los amaneceres y atardeceres que en Maturín estamos acostumbrados observar.
Las máquinas se caen a pedazos
En el recorrido realizado por el equipo de La Prensa de Monagas, el panorama observado es de total abandono, aunque el mantenimiento de las áreas verdes se mantiene constante, las máquinas deportivas instaladas en las cuatro estaciones a lo largo de los 1,5 kilómetros de estructura no cuentan con la misma realidad.
El óxido ha ido destruyecto las estructuras metálicas y con el uso que le siguen dando, las mismas se van cayendo a pedazos.
También se observa que parte de las varandas de protección de acero inoxidable las han ido hurtando, siendo un peligro para los menores de edad.
«Estos espacios dan tristeza, no son ni la sombra de lo que eran antes. En las estaciones deportivas deben retirar estás máquinas dañadas porque los niños se pueden lastimarse o caerse porque las varandas no están completas», dijo Osmaira Ortiz, vecina de la zona.
Los caminadores desean que para el nuevo año, la gestión municipal realice la recuperación de estos espacios que a diario son utilizados para el deporte, la recreación y esparcimiento de las familias maturineses.






