Nuevos y estremecedores detalles emergen en torno al doble homicidio del aclamado director Rob Reiner y su esposa Michele.
Según informes de TMZ y La Nación, Nick Reiner (32), el principal sospechoso, había sido diagnosticado con esquizofrenia y presentaba un comportamiento «errático y peligroso» debido a una medicación que, lejos de estabilizarlo, habría agravado su condición en las semanas previas al crimen.
El caso ha conmocionado a la industria del entretenimiento no solo por la relevancia de las víctimas, sino por la violencia del ataque: ambos fueron hallados degollados y con múltiples heridas de arma blanca en su residencia de Brentwood.
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Un historial de violencia y adicciones
Nick Reiner, quien vivía en la casa de huéspedes de sus padres, no era ajeno a los problemas con la ley y la salud pública. Según reportó Page Six, el joven cuenta con un extenso historial que incluye:
- 20 ingresos a rehabilitación por abuso de sustancias.
- Periodos de indigencia.
- Antecedentes por conductas violentas y problemas de salud mental no resueltos.
La «Noche del Terror»
La noche anterior a la tragedia, la familia asistió a una reunión en casa del presentador Conan O’Brien. Testigos aseguran que Rob y Michele no quisieron dejar a Nick solo debido a su estado de agitación.
Durante la fiesta, Nick habría incomodado a los invitados con preguntas extrañas, lo que derivó en una fuerte discusión con sus padres. Fue en ese evento donde, según fuentes consultadas por el New York Post, Rob Reiner confesó a sus amigos más cercanos que estaba “aterrorizado” por lo que su hijo pudiera hacerle.
El proceso judicial
Nick fue capturado en un hotel de Santa Mónica tras dejar evidencia hemática. El pasado martes fue acusado de dos cargos de asesinato en primer grado. En su primera comparecencia, se le vio estoico, vistiendo una bata antisuicidio y esposado de pies y manos.
Su defensa está liderada por el mediático abogado Alan Jackson (conocido por representar a figuras como Harvey Weinstein), quien ha pedido prudencia al público. Expertos legales sugieren que la estrategia de la defensa se centrará en la inimputabilidad por enajenación mental.
«Es muy probable que se declare inocente por razones de insanía, alegando que su esquizofrenia le impidió comprender la ilegalidad de sus actos», señalan analistas judiciales. De tener éxito, Nick evitaría la cadena perpetua o la pena de muerte, siendo recluido en un centro psiquiátrico de máxima seguridad.
La próxima audiencia ha sido fijada para el 7 de enero, fecha en la que se espera que el caso tome un rumbo definitivo en los tribunales de Los Ángeles.
Con información de Versión final
