Este sábado, al menos siete personas murieron y casi un centenar resultó herido tras un nuevo ataque con misiles de las fuerzas rusas sobre la ciudad ucraniana de Chernígov, en el norte del país.
El ministro del Interior, Igor Klimenko, informó que entre las víctimas mortales hay menores de edad.
El ataque se produjo sobre la sede del Teatro Dramático de Chernígov, que en ese momento acogía una exposición de drones, por lo que asistían muchos niños.
El Defensor del Pueblo, Dimitri Lubinets, denunció «una grave violación del derecho internacional humanitario», ante el impacto del teatro lleno de niños.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, condenó el ataque a través de sus redes sociales.
Dijo que acciones como estas muestran lo que supone «vivir al lado de un Estado terrorista».
«Un misil ruso impactó en el corazón de Chernígov. Una plaza, una universidad y un teatro. Rusia convirtió un sábado cualquiera en un día de dolor y pérdida. Hay bajas. Mis condolencias a todos los que han perdido a un ser querido (…) Esto es contra lo que estamos uniendo al mundo entero», escribió en su cuenta de Twitter (X).
El mandatario «insto al mundo a hacer frente al terrorismo ruso. Proporcionar a Ucrania herramientas adicionales para salvaguardar la vida. Para que la vida gane, Rusia debe perder esta guerra».
Zelenski se encuentra en estos momentos de visita oficial en Suecia.
El ataque sobre Chernígov se suma a la serie de ofensivas nocturnas que lanzó Rusia sobre varias regiones ucranianas, entre ellas Járkov, Jmelnitski, Zhitómir, Jersón, o Sumi.
Con información de 2001.