Recientemente la Asociación de Fútbol del estado Monagas (AFEM), otorgó un reconocimiento al futbolista monaguense César Eduardo «Maestrico» González, quien no pudo asistir para recibirlo ya que se encuentra residenciado actualmente en España.
En su representación acudieron sus padres, el señor Luis González y Mery Isabela Maiz de González, quienes expresaron a La Prensa de Monagas su gran orgullo, no sólo por la crianza y logros de «Maestrico», sino también de sus otros dos hijos, Humberto y Merilin Cristina.
Ambos padres, de profesión educadores, comentan que criaron a sus hijos en un hogar con los valores y principios, estableciendo la disciplina, la responsabilidad, el respeto y sobre todo el amor como pilares.
«Lo que está detrás de la formación de mi hijo César Eduardo González, que con mucho orgullo lo digo; sembramos y recogimos una semilla hermosa, hubo mucha responsabilidad, sacrificio, organización, constancia. disciplina y el amor que le dimos para que lograra lo que quería», narró su madre Mery con mucha alegría.
Destacó que detrás de «Maestrico» hay una familia unida y consolidada que lo apoyaron y lo motivaron en todas las circunstancias a alcanzar sus sueños.
Precisó que todo buen futbolista debe tener una buena alimentación y la disciplina de acostarse temprano, cumplir con sus rutinas de ejercicios.
Desde los 5 años de edad, los padres de «Maestrico» se responsabilizaron con llevarlo a todos los compromisos adquiridos durante su formación. «Nos tocaba llevarlos al club español, al club italiano, a sus prácticas en la Academia Fariñas. El apoyo de los padres es fundamental, porque si no lo tienen, muchas no llegan tan lejos por el apoyo de los padres».
«César Eduardo dijo que el quería ser futbolista profesional y todo lo que dijo lo logró, porque lo hizo con constancia, disciplina y dedicación y nosotros estuvimos allí, haciendo todo lo humano posible que para tuviera necesario, su comida, su alimentación, sus implementos para que llegara a donde realmente quería», detalló la señora de González.
No hay derrotas, sino experiencias para aprender
El progenitor del jugador monaguense indica que parte de la vida son las experiencias con resultados desfavorables. Considera que la derrota no existe, «existen son experiencias para aprender. Muchas veces en los partidos nos molestábamos por la jugada de los técnicos o los árbitros, pero siempre se recalcaba que había que insistir y persistir para lograr los objetivos».
Añade que durante su formación futbolista de sus dos hijos varones «Maestrico» y «Beto», fue importante la unión familiar. «No es fácil una derrota, pero esa derrota se convierte en aprendizaje. Para conocer las fallas, el por qué de las cosas, para mejorar».
«Nosotros reconocemos que uno de los mejores entrenadores que ha tenido el fútbol monaguense fue Joaquín Roberto Da Silva Fariñas. El corregía, tenía disciplina y carácter. Visitaba las casas de los futbolista el día ante del juego para ver si estaban durmiendo temprano», alegó el profesor y abogado Luis González.
Anécdotas
Como padres tienen muchas anécdotas, recuerdan con alegría, que la señora Mary no podía ver los partidos completos, «a veces ella abandonaba el estadio, porque ella se emocionaba cuando le daban golpe a los niños en los juegos; una vez cuando voltee a buscarla no estaba, ya estaba en casa», recordó entre risas el señor Luis González.
El sentimiento de alegría y orgullo invaden a los padres de César González, «uno se siente orgulloso de ser padre de una persona que lo dio todo en el campo, como persona, como amigo, como hijo, hoy día como padre y un orgullo, porque para donde uno va, nos dicen, ahí van los papás de ‘Maestrico’, un ejemplo para todos. Hemos logrado un objetivo que es formar a persona para la vida, como él quiere ahora formar a los niños para la vida y futbolísticamente hablando reconocido a nivel internacional».
