
El padre Samael Gamboa, párroco de la Catedral “Nuestra Señora del Carmen” en Maturín, informa que, tras la caída del vitral que representa a San José, han logrado cubrir el hueco y están en proceso de gestionar con empresas especializadas en restauración de vitrales.
Destaca que están haciendo todo lo posible para que el nuevo ventanal mantenga la esencia original, dado que la catedral constituye un patrimonio invaluable tanto para el estado como para la nación.



«Agradezco el apoyo que hemos recibido de las autoridades regionales desde el día del incidente; han estado dedicados a esta causa. Además, comenzaremos trabajos para reforzar los demás vitrales y evitar que se repita este lamentable suceso, que, gracias a Dios, no dejó víctimas que lamentar», puntualiza Gamboa.
El vitral que se desplomó estaba dedicado a San José, uno de los siete que se encuentran detrás del presbiterio.
Por su parte, la periodista Silvia Sánchez, creadora de las rutas urbanas peatonales en Maturín, revela que los vitrales principales y otros adornos de la iglesia los fabricaron en Colombia, específicamente en Cali.
«Los siete vitrales del presbiterio representan a Nuestra Señora del Carmen, San José, San Lucas, San Mateo, San Juan, San Marcos y San Simón. Cada vitral está acompañado de un escudo en la parte inferior; el de San José incluía el escudo de Venezuela», explicó a Efecto Cocuyo medio naciona.



Construcción y remodelación de la Catedral
La Catedral Nuestra Señora del Carmen es una de las iglesias más grandes y mejor decoradas del país, y su cúpula es la segunda más alta de Latinoamérica.
La construcción de la catedral desde el 16 de julio de 1959, coincidiendo con el día de Nuestra Señora del Carmen, y fue inaugurada 22 años después, el 23 de mayo de 1981.
En 2007, se realizó una pintura completa de la estructura del templo, se instaló un sistema de aire acondicionado y se incorporaron puertas automáticas con sensor. En 2012, se remodeló el área externa de la catedral, integrando paisajismo y obras de arte en el Paseo Libertador, que forma parte de sus espacios.



Como elemento decorativo, se instaló un sistema de iluminación que ofrece un espectáculo de luces de varios colores, visible por las noches desde La Toscana e incluso desde los aviones comerciales que sobrevuelan la zona.
Fotos/Juan Goitía/cortesía