La polémica surgió luego de que un grupo de personas vestidas de drag queens recrearan, en la apertura de los Juegos Olímpicos de París, un cuadro religioso de Leonardo Da Vinci, que remite a una escena de la Biblia donde Jesucristo comparte su última comida con sus discípulos antes de su crucifixión.
Tanto las autoridades de los Juegos Olímpicos como los artistas no confirmaron que en realidad se estuviera recreando la Última Cena.
La opinión pública en las redes sociales se mostró a favor y en contra de la representación, ya que mientras un grupo aplaudía la representación del grupo que representa a los LGBTQ, otros criticaron la abierta burla al cristianismo.
“¡Reinas en todas partes! No podríamos estar más felices con este gran momento para las artistas drag que se abren paso y muestran sus talentos al mundo entero”, tuiteó la revista Out, una publicación estadounidense LGBTQ.
Por su parte, otros criticaron la presentación en París. “Los Juegos Olímpicos se burlan abiertamente de la Última Cena de Jesús, mientras drag queens vestidas de mujeres desempeñan el papel de discípulas, mientras una mujer de talla grande aparece en el medio simbolizando a Jesús con una corona gigante”, sostuvo una persona en la plataforma X.
“La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos es una recreación blasfema de la Última Cena por parte de drag queens. Nuestro mundo ha caído (bajo)”, interpeló otro usuario de X.
Con información de Última Noticia