
El inventor de la Nutella, Francesco Rivella, murió a los 97 años el pasado viernes 14 de febrero. El químico fue la mente detrás de la famosa crema de avellanas y cacao que, con los años, se convirtió en un éxito mundial y se posicionó como uno de los principales productos del Grupo Ferrero.
Junto al empresario Michele Ferrero – quién murió exactamente el mismo día, pero diez años atrás -, Rivella supervisó la creación de Nutella, Kinder, Tic Tac y los chocolates Ferror Rocher. Después de retirarse en 1993, el químico se dedicó al cultivo de frutas y a la práctica del deporte tradicional italiano del pallapugno.
La muerte del inventor de la Nutella
Rivella nació en 1928 en Barbaresco, una localidad de la provincia de Cuneo ubicada al noroeste de Italia. Durante su juventud, se graduó en química bromatológica en la Universidad de Turín. Tras esto, a sus 25 años, el químico llegó a la entonces pequeña empresa Ferrero.
Desde entonces, fueron cuatro décadas de su vida profesional las que le dedicó Rivella al Grupo Ferrero. Allí, junto a Michele Ferrero y su hermano Pietro, desempeñó un papel clave en la expansión de la marca italiana al mercado global.
Tras su invención en 1964, Nutella se volvió un clásico en hogares de todo el mundo.
Rivella fue un estrecho colaborador del empresario Ferrero. Ambos se encomendaron a la tarea de hacer crecer al grupo. De esta manera, buscaron innovar en sus productos, para lo que emprendieron numerosos viajes por Europa para analizar materias primas y estudiar a la competencia.
La llegada de Nutella fue un punto de inflexión para el Grupo Ferrero. Con su lanzamiento en 1964, el producto conquistó el paladar de los italianos y se convirtió en un fenómeno global.
La crema de avellanadas y cacao – conocida como Giandujot – había sido desarrollada ya en 1946 por Pietro Ferrero. Sin embargo, Rivella fue clave en el éxito de la Nutella ya que fue quién perfeccionó y transformó la fórmula inicial en la crema untable que conocemos hoy en día.
Además, Rivella también participó en la creación de otros productos icónicos de la empresa. Entre los más reconocidos se encuentran; Mon Chéri (1956); Tic Tac (1969); Kinder Chocolate (1968); Kinder Sorpresa (1974) y Ferrero Rocher (1982).
Tras su jubilación en 1993, Rivella se dedicó a la agricultura frutal y al pallapugno, un deporte tradicional italiano, en su querida ciudad de Alba. Su legado perdura no solo en los productos que ayudó a crear, sino también en la cultura de calidad e innovación que inculcó en Ferrero.