
Los habitantes de la carrera 3, del sector El Paraíso, en Maturín, manifestaron tener un problema por parte deLos habitantes de la carrera 3 del sector El Paraíso, en Maturín, piden a las autoridades de salud del estado reubicar a un hospital psiquiátrico o brindar apoyo médico a un vecino que sufre de esquizofrenia, ya que tiende a ser violento debido a su condición, situación que afecta a más de 20 familias que aseguran vivir con miedo a ser atacados.
“Varios vecinos decidimos reunirnos con el juez de paz de la comunidad, para realizar una asamblea en donde abordamos un caso que se está presentando en la calle con un hombre esquizofrénico que vive amenazando a todos. En dicha reunión se concluyó que lo van a recluir en el hospital psiquiátrico de La Pica, pero solo por un mes», agregó Yelitza Medina, vecina.

De esta misma madera, dejó saber que luego de que se lo llevaron, todos los vecinos se sintieron más tranquilos y pudieron sentarse a compartir en el frente de sus casas, así como también estacionar sus vehículos afuera y los niños jugar en las calles.
“Siempre que lo evalúan terminan concluyendo que no tiene nada y lo vuelven a soltar, nosotros no lo queremos más aquí. En Maturín no hay otro sitio donde se pueda internar, solo en Caracas y Puerto Ordaz, pero no hay cupos; la verdad es que le tenemos miedo a que nos haga daño», afirmó Medina.

A su vez, Anais Marcano, habitante, señaló que entre todos recolectaron firmas para que se consiga una solución, ya que no quieren que siga viviendo en la comunidad debido a todos los percances que han venido sucediendo. Aseguran que esos percances van desde maltrato verbal hasta amenazas hacia los residentes, por lo que consideran que es un peligro para la comunidad.
“Hace poco lanzó unas piedras para mi casa, por eso decidí asistir a la reunión con el juez de paz, para que se aboquen a darnos una solución al problema. Él tiene sus padres que vivían con él, pero llegó al extremo de querer ahorcar a su papá, y por su resguardo físico se tuvo que ir de ahí», comentó Rosángela Herrera, también afectada.

Fotos: Gisbelys Cortéz