
La noche del lunes, Madrid fue testigo y víctima de un fenómeno inesperado. Las pantallas de la plaza de Callao iniciaron una cuenta atrás que hizo detener el tráfico y atrajo a cientos de curiosos. Nadie sabía qué ocurría, hasta que la Rosalía apareció manejando su propio carro vestida de blanco.
El evento, cuidadosamente planeado para tener lugar únicamente en Madrid, pretendía ser una acción sorpresa local. Sin embargo, minutos antes de que la artista hiciera su aparición, la portada del disco Lux, junto a la fecha de lanzamiento, comenzó a proyectarse en Times Square, Nueva York, adelantando el secreto globalmente, esto sin embargo, no detuvo a la artista quien continuó con sus planes.

El instante que encendió la ciudad
La multitud la reconoció de inmediato a la cantante, desatando gritos, empujones y caos vial. Testigos aseguran que la artista tuvo que abandonar el vehículo y avanzar a pie entre cámaras y teléfonos, hasta refugiarse en el hotel Capitol, desde donde a través de las ventanas saludó brevemente a los fans.

El momento, de apenas unos minutos, fue suficiente para paralizar una de las arterias más transitadas de Madrid. Con un gesto, una sonrisa y sin pronunciar palabra, la Rosalía encendió la cuenta atrás hacia Lux, su cuarto álbum de estudio.
Lux: un viaje entre luz, espiritualidad y reinvención
Este álbum marca una ruptura emocional y estética con todo lo que la artista había hecho antes. Inspirado en la idea de la luz como símbolo de revelación interior, el proyecto explora la búsqueda de pureza en medio del ruido contemporáneo. La cantante utiliza el concepto de “lux” no solo como metáfora espiritual, sino como un renacer después del exceso y la exposición.

En este disco, Rosalía se sumerge en temas de transformación, fe, amor y vulnerabilidad, construyendo una narrativa que transita entre lo divino y lo humano, lo terrenal y lo trascendente. La artista ha descrito este trabajo como el más íntimo y sincero de su carrera, una especie de exorcismo emocional en el que la espiritualidad se mezcla con la sensualidad y el poder femenino.
La portada y la estética del disco muestran a la cantante con atuendos blancos, halos dorados y símbolos religiosos, evocando la espiritualidad y la transformación asociadas a la Santa Rosalía, patrona de Palermo.
Visualmente, Lux se sostiene sobre una estética que remite a lo sagrado y lo ritual: vestuarios blancos, símbolos religiosos reinterpretados y escenarios que evocan templos modernos, el disco promete una fusión entre lo clásico y lo electrónico, entre la introspección poética y la energía de lo contemporáneo.
Una filtración que multiplicó el impacto
Según un en vivo minutos antes del lanzamiento, el despliegue en Times Square no formaba parte del plan inicial. El equipo de Rosalía habría coordinado el evento exclusivamente con operadores de publicidad en España, pero la imagen y la fecha del lanzamiento se filtraron a Nueva York minutos antes de la activación en Madrid.

El Ayuntamiento abre investigación
Entre aplausos, caos y tráfico detenido, la euforia tuvo consecuencias institucionales. El Ayuntamiento de Madrid confirmó que investiga si el evento contó con los permisos requeridos para ocupar la vía pública y proyectar contenido en pantallas de gran formato. De no existir autorización formal, la acción podría acarrear una sanción administrativa por incumplimiento de la normativa urbana.
Fuentes municipales indicaron que, aunque no hubo un escenario ni música en vivo, la aglomeración y la alteración del tráfico sí representan infracciones potenciales.
Ahora solo queda esperar el 7 de noviembre, cuando Lux vea la luz oficialmente. Y quizá, mientras el Ayuntamiento decide si habrá sanción, Rosalía ya esté pensando en su próxima jugada: una en la que, como siempre, la sorpresa sea la única certeza.