Han pasado 25 años desde que El Grinch llegó a la pantalla grande para convertirse en un clásico imprescindible de cada Navidad. Aunque millones de espectadores conocen de memoria las travesuras del gruñón habitante de Villa Quién, muy pocos saben los desafíos extremos que enfrentó la producción y el elenco para dar vida al universo del Dr. Seuss.
A continuación, revelamos las anécdotas más sorprendentes de esta icónica película del año 2000.
1. El entrenamiento de la CIA para soportar el maquillaje
Convertirse en el Grinch no fue solo una cuestión de talento, sino de resistencia física. El proceso de maquillaje, liderado por Kazuhiro Tsuji, tomaba alrededor de 130 minutos diarios y se repitió más de 100 veces durante el rodaje.
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El malestar provocado por las prótesis y el traje era tan sofocante que el productor Brian Grazer tomó una medida inusual: contrató a un especialista de la CIA para entrenar a Jim Carrey en técnicas de resistencia a la tortura, permitiéndole soportar las largas jornadas de grabación bajo la piel verde.
2. Max: Un reparto de seis estrellas caninas
El leal perro del Grinch, Max, no fue interpretado por un solo animal. En total, seis perros participaron en el rodaje. La líder del grupo era Kelley, una perra mestiza rescatada de una perrera por el director Ron Howard. Para mantener la coherencia visual, el pelaje de los otros cinco perros fue tratado y cortado para igualar el aspecto de Kelley.
3. Anthony Hopkins: La voz que guio la historia
Aunque no aparece en pantalla, el peso narrativo de la película recae en una leyenda del cine. El ganador del Óscar, Anthony Hopkins, fue el encargado de prestar su inconfundible y grave tono de voz para la narración original, aportando el toque mágico y solemne que la historia del Dr. Seuss requería.
4. Acróbatas del Cirque du Soleil en Villa Quién
Para que el pueblo de Villa Quién se sintiera vibrante y dinámico, la producción no contrató extras comunes. Según el coordinador de dobles, Charles Croughwell, se reclutaron acróbatas profesionales del Cirque du Soleil y artistas de circo para las escenas de desfiles y celebraciones masivas, garantizando movimientos fluidos y asombrosos en el fondo de cada toma.
5. El genio de la improvisación de Jim Carrey
Muchas de las escenas más recordadas no figuraban en el guion original:
- El truco del mantel: Cuando el Grinch intenta tirar todos los objetos de una mesa, Carrey lo hizo con tanta precisión que nada se cayó. El momento en que regresa para tirar todo al suelo manualmente fue una reacción espontánea que quedó en el corte final.
- La agenda social: La icónica frase «6:30 PM, cena conmigo; esa no la cancelaré» fue un invento de Carrey en el set que hoy es una de las citas más compartidas en redes sociales.
6. Un legado que no se detiene
Tras un cuarto de siglo, la interpretación de Jim Carrey sigue siendo el estándar de oro para este personaje. La combinación de efectos prácticos, talento interpretativo y una dirección audaz por parte de Ron Howard, han logrado que El Grinch no sea solo una película, sino una tradición generacional.
Con información de Globovisión